No todos los vientos son iguales y, dependiendo de su fuerza, activarán o no los avisos. Para 'medir' la fuerza del mar y del viento en un temporal, los meteorólogos usan la escala anemométrica de Beafourt, mientras que la de Douglas sirve para definir el estado de la mar en combinación con el viento. Dos peligros potenciales que hay que tener en cuenta si decides acercarte a disfrutar su belleza.
Pero, ¿cómo diferenciar si es un peligro intenso real o solo hay que tener cierta precaución? En esta escala Beafourt, que va de 1 a 12, hay muchos matices. La idea es que se recorra todo el especto, desde una simple brisa marítima de cualquier día de verano, hasta una situación como la vivida en Galicia en estas últimas horas.
¿El punto medio antes de la tormenta? Habitualmente estamos en una intensidad 4, que se traduce en la realidad con un viento leve que levanta cierta polvareda y agita las hojas de los árboles antes de desatarse una tormenta o en un día ventoso, pero sin ir más allá.
Intensidad 5: hay que tener ya especial cuidado
A partir de una intensidad 5, las personas aprecian la fuerza del viento: hablaríamos de más de 30 km/h y acercándonos a los 50 km/h. Son esos días en que podemos caminar, pero es molesto y, si llueve, el paraguas sobrevive a duras penas. Hasta aquí podemos considerarlo un contexto que se repite con cierta frecuencia con el paso de borrascas, por ejemplo.
Cuando contamos con intensidad superior a 7 hasta 9 (de 50 a 90 km/h), el viento impide que caminemos con facilidad. Es peligroso transitar bajo cornisas, carteles, andamios u objetos que puedan caer derribados por el viento. Este es capaz de arrancar ramas de árboles o mover los más gruesos. En la carretera, los vehículos ligeros pueden dar bandazos con el viento lateral.
Esta semana, nivel 9 y más (100 km/h): precaución especial
Por encima de 9, sobre los 80 km/h es imposible salir a la calle y poder caminar. Hablaríamos de temporal. Cuando la intensidad del viento rebasa los 102 kilómetros por hora provoca importantes destrozos materiales. Pueden derribar cualquier objeto que se cruce en su camino.
Entre el 10 y el 12 nos encontramos con un temporal fuerte y con intensidad de huracán. Este es el escalón más alto. Cuando nos encontramos inmersos en él, es fundamental evitarlo a toda costa no saliendo de nuestras casas y siendo conscientes de que se pueden producir daños importantes en el exterior de nuestras viviendas.
¿Cómo afecta al mar?
Al margen del efecto en tierra, estas rachas tan intensas suelen alcanzarse en lugares de costa donde suele soplar con fuerza en presencia de un temporal. En estas circunstancias, el estado de la mar se encuentra muy alterado, la gran cantidad de espuma que levantan las olas dibujan una superficie totalmente blanca y una visibilidad escasa o muy reducida.
El viento, superando los 100 km/h, favorece la formación de lo que se denomina mar arbolada, un escalafón por encima de la mar gruesa. Además, las olas que se forman pueden alcanzar los 12 metros de altura. Para comprender qué aspecto tienen basta con echar un vistazo a uno de los vídeos más virales del año, en que un surfista cayó desde la cresta de una ola de 12 metros en Hawai. Si nos fijamos en estas imágenes, el riesgo ya es elevado aun cuando las condiciones meteorológicas y de visibilidad no son malas.
En cualquier circunstancia, es importante tener en cuenta los avisos de AEMET, especialmente, los de nivel rojo que implican riesgo extremo por fenómenos adversos y desaconsejan exponerse al fenómeno meteorológico asociado a este aviso.
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*Marcos Fernández (@marcosfdezfdez) es periodista especializado en Meteorología.