No es fácil hacer predicciones tan generales y a largo plazo, pero los primeros modelos indican una tendencia clara a la inestabilidad procedente de las tormentas. Eso no significa que vayamos a pasar frío, ni mucho menos, sino que probablemente se reduzcan los días de sol sin nubes que estamos acostumbrados a tener.
Eso es porque, por un lado, hará mucho calor, pero también aire frío en altura procedente de los océanos. El choque de estas dos masas, como está ocurriendo en primavera, dará lugar a tormentas eléctricas, probablemente más habituales en el noroeste peninsular.
En cuanto a las temperaturas, las predicciones marcan a que tendremos de todas formas días de mucho calor, de más grados de lo normal para la estación. Será algo más recurrente precisamente en la mitad norte del país, aunque las lluvias ayudarán a aliviar el bochorno.
Novedad especial: muchas nieblas
Un elemento que también cobrará protagonismo durante la estación de la playa son las nieblas costeras, muelles y puertos. La ventaja de este fenómeno es que bajen levemente las temperaturas y ayuden de alguna manera (sobre todo durante las primeras horas del día) de regular los excesos de calor.