Que no te engañe la apariencia inofensiva que muestran sus aguas cristalinas y sus coloridas algas, pues en su interior se encuentra un misterio de lo más asombroso. Situado en Cypress Creek (Texas), el Pozo de Jacob ha llamado la atención de muchos turistas curiosos, ansiosos por inspeccionar el peligroso sistema de cuevas y túneles de este manantial de 40 metros de profundidad.
Pero, como dicen, 'la curiosidad mata al gato' y eso es precisamente lo que les ha pasado a ocho personas (siete hombres y una mujer) que han perdido la vida al adentrarse demasiado en sus túneles. Mientras que la primera cueva presenta un aspecto iluminado donde viven algas y peces, a medida que te adentras la cosa se complica, pues las paredes de la segunda y tercera cuevas se deshacen con facilidad al estar formadas por grava suelta.
La cuarta y última cueva es la más peligrosa de todas y se conoce como 'la cueva virgen'. Tiene una entrada muy estrecha por donde apenas puede pasar un buceador con una bomba de oxígeno. Amantes de los deportes de riesgos acuden a este manantial para investigarlo pero no todos se atreven a bajar más de la cuenta, prevenidos por los terribles acontecimientos que han tenido lugar bajo sus (aparantes) tranquilas aguas.