"En estos días, el aire que entra por el Atlántico y circula en capas altas viene muy frío. La rotura del vórtice polar en el mes de marzo ha sido la causante de esos valores gélidos de temperatura registrados", explica nuestra meteoróloga.
En concreto, cuando habla de la ruptura del vórtice polar, Fernández se refiere a un proceso que se produce, al menos, una vez al año, y siempre más o menos en primavera. Consiste en que esta masa de aire gigante, que se ubica en el Ártico y que, para entendernos, es algo así como la 'nevera de la Tierra', se desestabiliza por el cambio de tiempo, y en vez de circular de forma perfecta, en línea recta haciendo un círculo alrededor de la Tierra, hace como una especie de eses en latitudes bajas.
Estas fluctuaciones dan lugar a embolsamientos de aire, grandes pompas de aire frío que se desprenden del vórtice y viajan independientemente por la atmósfera. Eso es lo que ha pasado precisamente estos días.
Además, como este proceso comenzó ya en marzo, Fernández puntualiza que a pesar de haber arrancado la primavera, la atmósfera "sigue fría, pendiente de la sucesiva llegada de borrascas". También recuerda que, a pesar de que "este año la primavera viene acompañada de ambiente muy fresco", el tiempo inseguro "es una de las características clave de la estación primaveral".
Lo de arriba nos afecta abajo
En definitiva, el frío que tenemos ahora mismo es un claro ejemplo de cómo lo que ocurre en otros puntos del planeta puede afectar de manera considerable en nuestra meteorología, aunque en este caso las consecuencias no durarán mucho. "El que todo lo que está pasando sea poco habitual en abril, no implica que no vayan a suavizarse las temperaturas. De hecho comenzarán a hacerlo este fin de semana", anuncia Fernández.
La razón es la llegada de una nueva masa de aire cálido procedente del norte de África, que hará que se debilite la entrada de aire frío por el Atlántico. "El anticiclón de las Azores irá lentamente recuperando su posición durante la semana que viene", concluye.