Invierno loco: por qué no ha llovido apenas en los últimos meses

eltiempohoy.es 25/02/2019 17:07

Echando un vistazo a la hemeroteca 'meteo' podemos comprobar, de un vistazo, que tanto diciembre como enero fueron más secos de lo habitual. En concreto, diciembre fue, según la Agencia Estatal de Meteorología, fue en su conjunto "muy seco", con una precipitación media sobre España de 28 litros/m(2), es decir, que llovió una 34 parte de lo que tiene que llover de media en diciembre, que son 82 l/m(2).

Y enero no se queda atrás. Según apuntaba la Aemet en el resumen mensual, excepto en el norte, donde llovió bastante más de lo normal (en algunos casos incluso el doble de lo que toca, como Asturias), en el resto las precipitaciones no han alcanzado los valores normales, ni de lejos. Es especialmente sangrante el caso de Gerona, Tarragona, Albacete y Toledo, sur de Andalucía y de Canarias, donde no llovió ni un cuarto de lo que tiene que llover en enero. En conclusión, el mes de enero se caracterizó por ser "en su conjunto normal", con acumulaciones de 55 mm, lo que supone el 86 % de la media de este mes, que es de 64 mm.

Y con las temperaturas, más de lo mismo. Es cierto que enero tuvo temperaturas por debajo de lo normal (no mucho, solo 0,1º C más frío que la media), pero diciembre de nuevo fue más cálido de lo normal, con unos 9,2º C de media, "1,2º C por encima de la media de este mes".

El vórtice polar y sus 'trenes de borrascas'

¿Y qué ha pasado para que nos hayamos quedado sin invierno de verdad, con sus lluvias y su frío? Tenemos que remontarnos a finales de noviembre. Acabábamos de pasar una rachita importante de lluvias, y era el primer episodio anticiclónico nos 'regalaba’ días de sol, y coincidía con la entrada del invierno meteorológico, el pasado 1 de diciembre. Se produjeron entonces importantes nieblas y episodios de contaminación, hasta que la ruptura del vórtice polar, a finales del año, hizo presagiar que tendríamos por delante un enero frío y algo más lluvioso.

Y dicho y hecho. Además, dada la forma en la que se rompió el vórtice, todo parecía apuntar a que nos llegarían una serie de borrascas por el Atlántico, pero lo más destacable fue la incursión de aire frío polar (el motivo por el que tuvimos después un mes en general más frío). Tras esto, que fue a mediados de enero más o menos, se sucedieron una serie de frentes y borrascas que produjeron lluvias importantes y sobre todo nevadas, algunas incluso bajando a los 400 metros de cota.

En febrero el grifo se cerró... definitivamente

Pero fue llegar febrero y el 'grifo de las precipitaciones' se cerró. De repente, se impuso el 'anticiclonazo', cogiendo una inusitada presión que vemos de forma poco frecuente. Este último, por ejemplo, ha alcanzado tasas de presión de 1040 hPa, lo cual es muchísimo peso. Frente a él se han acercado borrascas, pero han acabado desplazándose hacia el norte de Europa. Además, dada su posición se ha producido un efecto curioso de pasillo de entrada de vientos del sur, secos y cálidos, una especie de 'autopista del calor' hacia nuestro país y que han disparado aún más las temperaturas.

Ahora, solo queda esperar a que de nuevo cambie el tiempo. Las previsiones marcan que la primavera meteorológica, el próximo 1 de marzo, arrancará con lluvias casi generalizadas, pero aún es pronto para determinar nada. Además, los modelos a largo plazo ya prevén que los próximos meses serán, en general, secos y con pocas precipitaciones. Veremos a ver en qué queda la cosa.