Las bajas temperaturas provocan la vasoconstricción de los capilares, disminuyendo la irrigación de oxígeno y nutrientes a la piel, provocando la acumulación de células muertas y dejando el cutis seco. Si al frío se suman los efectos de las calefacciones y la contaminación ambiental, todo empeora y se complica la deshidratación con falta de luminosidad y mayor sensibilidad a los factores ambientales.
Para evitar la sequedad y la deshidratación es fundamental hidratar correctamente la piel, pero también es importante reforzar la barrera protectora para frenar el envejecimiento prematuro. Lo interesante es incorporar cosméticos que actúen como contra la deshidratación y que además contrarresten los efectos de los radicales libres.
El ácido hialurónico es un componente natural de la piel clave para el buen funcionamiento de los tejidos. Cuando llega el frío se convierte en un ingrediente imprescindible porque actúa como agente hidratante que ayuda a retener el agua y a aumentar el nivel hídrico en la epidermis, además contribuye a la creación de colágeno, aporta elasticidad y reduce las arrugas.
La vitamina C está especialmente recomendada para las pieles secas. Además de ser un excelente activo antioxidante que neutraliza el daño provocado por los radicales libres, estimula la formación de colágeno, combate las manchas, unifica el tono, oxigena a la piel y reafirma las paredes de los capilares evitando su rotura.
Este tipo de ácidos actúan como exfoliante, eliminan las células muertas de la piel con el fin de suavizar líneas de expresión, mejorar el tono, dar luminosidad y acelerar la renovación celular. Además, favorecen la formación de colágeno y ácido hialurónico, aportando a la piel elasticidad e hidratación.
La lanolina es una cera que segregan las glándulas sebáceas de algunos mamíferos, especialmente las ovejas, cuya finalidad es aislante e impermeabilizante. A nivel cosmético se utiliza para hidratar y proteger la piel. Por su efecto emoliente es uno de los ingredientes básicos de las cremas hidratantes.
Es un compuesto químico que se encuentra de manera natural en el cuerpo, aunque también se puede fabricar mediante compuestos químicos. Su función principal es la de evitar la pérdida de agua de la piel y mantener la hidratación, además estimula la síntesis de colágeno mejorando la flexibilidad de la piel y su sistema inmune.
El ácido pantoténico tiene una función hidratante y humectante que ayuda a regenerar y reparar la piel, por eso está especialmente indicado para las pieles sensibles, que con el frío tienden a estar irritadas, secas o con rojeces.