Según los científicos, las nubes iridiscentes brillan debido al reflejo de los rayos del sol sobre el agua o hielo que hay en su interior. Cuánta más fina sea la nube, más posibilidad hay de que los rayos de luz incidan sobre sus gotas de agua y así se produzcan los colores. Estos pueden ser vivos o pastel dependiendo de si es mayor o menor la incidencia de la luz.
Estas nubes se encuentran normalmente en los picos de las montañas y pueden bañar el cielo de cualquier lugar del mundo. En países como Chile, en 2016, ya pudieron ver este juego de colores, que les ha valido el sobrenombre de 'nubes ovni' (que comparten con las nubes lenticulares).
Existe la 'leyenda urbana' de que, tras este fenómeno luminoso en el cielo, suele producirse un terremoto, como ocurrió en la ciudad china de Sichuan en 2008, pero no hay ni una sola evidencia científica que lo sustente.