En primer lugar, los expertos creen que el motivo es pintura, colorante, óxido de hierro o algún otro elemento del ambiente que dejó un revestimiento en el animal, volviéndolo de color naranja. De hecho, esa fue la explicación que dieron al primer caimán naranja que se avistó, allá por 2011 en Florida.
Sin embargo, no es la única explicación que le dan: otros aseguran que se trata de un crecimiento excesivo de algas en su hábitat natural debido a la contaminación. En cualquier caso, lo que está claro es que el tinte no permanecerá por mucho tiempo, pues, según los expertos, irá desapareciendo hasta adquirir su tono normal.