La primavera es, al igual que el otoño, estaciones de transición. Eso quiere decir que, tanto en un caso como el otro, la atmósfera va a presentar mucho movimiento y el anticiclón de las Azores tomará diversas posiciones, algunas más propensas a las borrascas que otras. Digamos que la puerta a la inestabilidad está entreabierta, hasta que llega el invierno o el verano y se cierra.
Uno de los motivos de esta inestabilidad es precisamente la corriente del chorro polar o vórtice polar, del que hablaremos más adelante. Se trata de una masa de aire gigante que planea en el Ártico, pero según la época del año se ubica más cerca de nuestras latitudes o menos. Así, en invierno está cerca, lo que implica lluvias, viento y frío. En verano, está más restringido a los polos, lo que ayuda a que el anticiclón de las Azores se mantenga tranquilo en el Atlántico.
Lo que estado bastante fuera de lugar han sido las precipitaciones y entrada de frío que hemos tenido entre febrero y marzo. Que ahora haya periodos de lluvia prolongados es más o menos habitual, pero no tanto en los meses previos. De hecho, marzo se ha convertido en el segundo mes más lluvioso en los últimos 50 años, así que muy normal no es.
Para entenderlo hay que remontarse al Calentamiento Súbito Estratosférico, muy vinculado al vórtice polar del que hemos hablado antes.
*Imagen: el vórtice polar, en pleno proceso de ruptura, en 2014 / Wikipedia Commons
En este caso, lo que pasó es que el vórtice polar, esa especie de masa de aire congelado que planea sobre el Ártico se calentó de forma repentina, lo que hizo que se expandiera hacia latitudes más bajas. Ese movimiento cambió la dinámica atmosférica, haciendo que se creara una especie de 'pasillo de borrascas' que conectaban perfectamente el Atlántico con nuestra península. El reguero de agua no se hizo esperar, y las depresiones en nuestro país se contaron por decenas.
Hay que recordar que esta ruptura del vórtice polar también produjo temporales de frío muy intensos como la ya famosa 'Bestia del Este', en la que decenas de personas perdieron la vida en toda Europa.
En conclusión, que cambie el tiempo así en primavera no es raro. Es lo normal y lo deseable. En esta época, la media de la temperatura está en torno a los 13’6ºC y, sin ser la época más tormentosa, las lluvias son constantes. Tocará pues relajarse y disfrutar de una estación, meteorológicamente hablando, verdaderamente cambiante.