El equipo internacional que ha realizado el estudio está liderado por Rafael Márquez, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). El estudio, publicado en la revista 'Current Biology', muestra cómo los sapos pueden detectar vibraciones de baja frecuencia gracias a unos órganos especiales en el oído interno que les ayuda a saber cuándo pueden salir de sus refugios, ya que los sapos, como anfibios que son, prefieren los ambientes húmedos.
¿Cómo se realizó el experimentó?
En los periodos secos, las poblaciones que viven en regiones áridas se esconden en refugios subterráneos, que mantienen la humedad de los que salen cuando regresa la lluvia. "Al abordar este estudio nos preguntamos cómo saben los sapos que está lloviendo si el suelo subterráneo donde se guarecen ya está húmedo", detalla el investigador del MNCN, Rafael Márquez. Es por ello que tomaron como principal hipótesis la idea de que son capaces de detectar las vibraciones de baja frecuencia.
Los científicos visitaron las dunas de arena del Parque Natural de Doñana (Huelva) y capturaron sapos de dos especies (sapos de espuelas y sapos corredores). Para la investigación, construyeron recintos en las dunas donde se enterraron.
En noches sin lluvia, reproducieron bajo tierra las vibraciones de lluvia con un aparato conocido como transductor táctil para estudiar el comportamiento de los sapos y ver si aparecían gracias a estas vibraciones.
Se concluyó que…
Los sapos de ambas especies, expuestos al estímulo de vibración, emergieron mucho más rápido que los sapos que no lo recibieron. En concreto, subieron a la superficie 26 minutos antes. Además de emerger antes, el número total de sapos que salió de sus refugios fue mayor en los grupos con estímulo.
*FOTO: Rafael Márquez/ Fuente: mncn.csic.es