Mascarillas en verano: la mejor para ir protegido y evitar el calor
Los expertos temen que la pandemia aumente el impacto de las olas de calor debido al uso de mascarillas
Los médicos recomiendan evitar las higiénicas porque el algodón con el que están elaboradas no es transpirable
La obligatoriedad de llevar mascarillas en espacios de la vía pública, al aire libre y en cualquier lugar cerrado de uso público ha convertido a este método de protección frente al COVID-19 en un elemento indispensable en nuestro día a día. Sin embargo, miles de personas reportan molestias debido al calor, una situación que se irá agravando según nos adentremos en el verano. Hoy por hoy, no existe una mascarilla específica, aunque investigadores de todo el mundo tratan de desarrollar materiales que ayuden a sobrellevar las altas temperaturas.
Los expertos en meteorología auguran un verano más cálido de lo habitual. Esta previsión viene a confirmar la tendencia de los últimos años, sin embargo, la pandemia podría aumentar el impacto de las oleadas de calor debido al uso de mascarillas, según advierten la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
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Calor y mascarillas, mala combinación
Sin la certeza de la inactivación del coronavirus por la subida de temperaturas, se teme que el uso de medidas de protección como las mascarillas generen un aumento de los golpes de calor. Expertos en salud y clima de la Global Heat Health Information Netfwork han solicitado a los gobiernos e instituciones una mayor preparación para preservar la salud de las personas ante un verano caluroso sin que se produzca un aumento de propagación del contagio de COVID-19.
Preocupa sobremanera los efectos negativos del uso de mascarillas, evidenciado ya en primavera ante el aumento de reacciones alérgicas y erosiones, acné y rosácea en la piel del rostro.
Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recomiendan evitar el uso de maquillaje, utilizar cremas hidratantes para cada tipo de piel y edad, lavar la cara con agua templada y jabones limpiadores suaves sin fragancias y cambiar el tipo de mascarilla por otra con materiales distintos, pero con el mismo nivel de protección.
Los dermatólogos recomiendan evitar el uso de maquillaje, utilizar cremas hidratantes y mantener la piel limpia con jabones suaves
Los dermatólogos alertan que el uso de mascarillas con altas temperaturas son una mala combinación porque, entre otras consecuencias, podría producir irritaciones como las que se están registrando ya en las consultas de estos especialistas. Asimismo, incrementan el sudor y la humedad, dos elementos especialmente perjudiciales para la piel.
Quirúrgicas y FFP2
En este sentido, desde la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL), señalan que no existe una normativa para mascarillas autofiltrantes que esté especialmente indicada para su uso en temperaturas veraniegas. "El alivio que puede experimentar el usuario pasaría por seleccionar algún tipo de mascarilla autofiltrante que presente una válvula de exhalación, la cual, está diseñada para ayudar a evacuar al exterior el aire húmedo y caliente de la exhalación", señalan desde el departamento técnico de la entidad.
La comunidad médica, en ausencia de material específico, recomienda utilizar las quirúrgicas y las FPP2 y desaconseja las higiénicas reutilizables por estar elaboradas con algodón, un material no transpirable y que, según la OMS, puede ser una fuente potencial de infección.
Ninguna de las presentes a día de hoy facilita la entrada de aire frío o evitan el aumento de calor y, la consiguiente, sensación de agobio, sin embargo en algunos países como Japón se estarían ya desarrollando mascarillas frías. En concreto, la empresa Marui Orimono, una de las compañías textiles niponas más conocidas. Tomoyuki Miyamoto, director ejecutivo, aseguraba al Financial Times que estas máscaras permitirían una mayor conductividad térmica y sensación de comodidad. Además, se pueden lavar y el filtro interior sería reemplazable.
Filtros antivirales biodegradables
Curiosamente, en un escenario en el que la contaminación por gases de efecto invernadero se ha reducido hasta un 50%, se ha generado un nuevo residuo, el formado por guantes y mascarillas. En tan solo tres meses es tal la cantidad que se ha tirado al suelo o de manera incorrecta a la basura, que ya han sido detectadas por pescadores y biólogos en mares y océanos. Organizaciones como Oceans Asia ha denunciado la presencia de mascarillas quirúrgicas en las playas de las islas de Soko, al suroeste de Lantau (Hong Kong). ( https://vimeo.com/394972806 )
Por ese motivo, proyectos como el que lleva a cabo el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), perteneciente al CSIC, para desarrollar materiales biodegradables para dispositivos sanitarios reutilizables de alta protección son tan necesarios en estos momentos.
El grupo, liderado por José María Lagarón, pretende "solventar la dificultad de acceso a ciertos materiales de filtración y, además, mejorar la calidad profiláctica de las mascarillas", no solo al impedir la entrada de virus, también su inactivación con la incorporación de viricidas en los filtros. La premisa es que estos materiales de uso masivo sean degradables y protejan el medio ambiente.