Más allá del pluviómetro: ¿cómo se sabe en España cuánto ha llovido?
eltiempohoy.es
26/11/201711:23 h.Cubetas o grandes pluviómetros totalizadores
Aunque el método más común y extendido (oficialmente) son los pluviómetros de las estaciones oficiales de AEMET, tenemos otras maneras de saber lo que va a llover y lo que ha llovido. Son los instrumentos más profesionales, ya que un pluviómetro al uso nos va a marcar la precipitación en un periodo de tiempo restringido y nos dibujan un cuadro meteorológico completo con información no solo de la precipitación sino también de temperatura máxima, temperatura mínima o presión atmosférica y velocidad del viento.
Para hacernos una idea más global contamos con el pluviómetro totalizador, que nos indica el volumen de agua caída durante un año, aunque puede ser más tiempo. De este modo, este instrumento nos sirve, por ejemplo, para crear una serie histórica y determinar si una región es de clima seco o húmedo. También, nos permite saber la periodicidad o frecuencia de las lluvias, ya que se si se han mediciones parciales se toman datos cada poco tiempo y, de este modo, se sabe en qué meses o estaciones del año es mayor el índica de precipitación o, por el contrario, es menor.
Muchos de ellos se sitúan en zonas de montaña y tienen un tamaño de boca de 500 cm2. Al situarse a gran altitud, una parte importante de la precipitación que reciben es en forma de nieve. Por eso, algunos reciben el nombre de nivómetros, que permiten saber qué volumen de precipitación sólida cae durante el año. Durante el deshielo, estos contribuirán a incrementar de forma notable el caudal de ríos y arroyos y de embalses y presas.
Otros modos: los satélites y los modelos de previsión
Hoy en día, los mismos satélites que nos avanzan la trayectoria una borrasca y la probabilidad de lluvia que lleva asociada son también capaces de informarnos con precisión las zonas donde más cantidad de agua se recoge.
En concreto, la bajada de datos que toman los meteorólogos como referente son los que concretan la probabilidad de precipitación, por ejemplo, el HIRLAM, que podemos consultarlo en la web de AEMET o el GFS. Este modelo, además, nos informa en esta época del año no solo los litros de precipitación por metro cuadrado sino también de la probabilidad mayor o menor de que sean en forma de nieve, es decir, sólida. Para ello, cruza los datos de temperatura en superficie, en altura, humedad, orografía, etc.
¿Cómo sabemos si lloverá más o menos?
Los modelos matemáticos de probabilidad nos señalan en franjas de colores aquellos puntos donde más cantidad de agua se ha recogido o se va a recoger y aquellos otros donde no ha caído una sola gota. Los tonos más cálidos indican siempre ausencia se precipitación, los más fríos, por ejemplo, azules oscuros o morados y verdes nos informan de precipitaciones de carácter fuerte y grandes acumulaciones de agua.
Estas estimaciones se alejan pocas veces de la realidad. Un ejemplo muy bueno es el Mediterráneo, por ejemplo, con las situaciones de gota fría o de DANA.
Así, la AEMET puede lanzar avisos amarillos, naranjas o rojos e informarnos de la cantidad de lluvia que puede caer en una región o comarca.
El caudal de los ríos o nivel de los embalses
Los pluviómetros son instrumentos precisos y nos aportan información muy valiosa, pero puntual de la lluvia en caso de que haya precipitación. Por tanto, este valor solo es válido para un área muy acotada.
Si tenemos en cuenta que el índice de lluvia nos interesa, especialmente, para saber cuánto aumenta el nivel de agua embalsada o el caudal de los ríos, estos se convierten en una fuente idónea para medir la precipitación caída. Aquí entran en juego las diferentes confederaciones hidrográficas de las cuencas de los ríos, que semana a semana nos informan del estado en que se encuentran esos caudales o el agua de los embalses.
En esta web del Ministerio de Medio Ambiente se puede consultar toda la información actualizada que los profesionales de este organismo se encargan de poner al día. En el caso de los ríos, los metros cúbicos por segundo del caudal nos permiten saber si aumentan o disminuyen. Por su parte, los embalses se miden en hectómetros cúbicos, pero ¡atención! no siempre nos aportan el último dato más fiable porque depende del cierre o apertura de compuertas de su vaso en función de la situación de la cabecera de los ríos.
En cualquier caso, todos hemos visitado alguna presa o embalse y hemos observado las marcas de medición o escala graduada en centímetros. Siempre se mide a la misma hora observando de forma directa o con prismáticos. El equipo de cada confederación hidrográfica trabaja para controlar esos cambios de nivel, descenso o incremento de agua embalsada también con la medida por presión.
Tan solo como dato anecdótico, las estaciones donde se miden caudales y niveles de agua en ríos y embalses reciben el nombre de estaciones de aforo.