1. Una tienda de campaña, impermeable siempre
De entrada, un techo bajo el que cobijarse por las noches es necesario. Pero si, además, pudiera ser una cabaña preparada con una superficie que nos mantuviese alejados del frío suelo y de los múltiples animales, mucho mejor.
Y no puede ser de cualquier tipo de tela. Tiene que ser impermeable: así, se evitaría la humedad que viene del mar y la lluvia en las tormentas más agresivas.
2. La crema solar, porque ya hay muchos cangrejos en el mar
Este tiene que ser un 'must', no solo en una isla del Caribe, sino en todas partes en las que pegue el sol. Las 24 horas del día bajo un sol tan incidente, como es el que hay en las zonas colindantes al ecuador, puede ser una tortura para la piel y, en el peor de los casos, acabar con un cáncer de piel. Por eso, se necesita una crema con factor de protección 90, tanto para el cuerpo como para la cara.
3. Un sombrero para cubrir la cabeza
Si bien el sol es una fuente de energía y vitalidad, también puede convertirse en un problema para la temperatura de nuestro cuerpo, y más concretamente, la de nuestra cabeza. Sufrir insolación tiene como síntomas la fatiga, desvanecimientos, dolor de cabeza, rojeces y convulsiones. Es preferible mantener 'las ideas' bien protegidas y cubrir la cabeza con un sombrero de paja, que mantiene el sudor a raya.
4. Un snorkel para sentirse como pez en el agua
Para pescar, para llegar a los rincones más ocultos de la isla… o para ir nadando a un barco de rescate: un buen equipo de buceo facilitaría las búsquedas de comida (muy necesarias) y los desplazamientos. Porque ir a la orilla y coger cuatro pequeños peces no alimenta, hazte con un snorkel que bombee el oxígeno de tus pulmones como si tuvieses branquias.
5. Un repelente de mosquitos
Que sea de mosquitos y de todos los insectos desconocidos del lugar. Si un verano en España es una tortura con el revoloteo de los trompeteros, imagina cuando invades su terreno. En más de una edición de Supervivientes, hemos visto espaldas, piernas y caras acribilladas con picotazos. La hinchazón es desagradable, pero el picor es insoportable. Así que un 'anti-todos' los chupasangre de la isla es una garantía de bienestar para la aventura.
6. Un saco térmico para dormir
Los climas tropicales y ecuatoriales se caracterizan por ser cálidos, pero también muy húmedos y pueden ser muy incómodos cuando el frío se mete por los huesos. Un saco térmico permite mantener la temperatura corporal habitual alejándonos de humedades y en un ambiente seco para las noches más de meteorología adversa.
7. Un mechero para comer caliente y entrar en calor
Porque lo de frotar palitos y piedras para encender la chispa no es tan fácil como parece, y la cerilla tampoco, es aconsejable llevar un mechero para encender la mecha. Con él, la hoguera está asegurada, ya sea para cocinar o para calentarte.