Tu primera opción siempre es un refresco, una cerveza o un tinto de verano. Y parece que, de entrada, consiguen calmar tu sed. Sin embargo, te asombrará saber que son justo las menos indicadas. El azúcar, el alcohol y la cafeína hacen que tu organismo expulse agua en forma de sudor.
También, el momento hielos es contraproducente: enfriar la bebida lo único que hace es ralentizar la digestión. Por eso, es mejor que el líquido a beber esté entre los 14 y 16 grados.
No descubrimos nada si decimos que el agua es la opción más eficaz contra la sed. Un 70% de nuestro organismo está formado por ella y no podemos sobrevivir más de unos días sin beberla. Sin embargo, existen otras opciones que también alivian la sed y que, a lo mejor, no habías contemplado:
· Zumos y licuados
Aunque el azúcar de la fruta no es beneficioso para cortar la sed, sí lo es su cantidad de agua. Además de aliviarnos en los momentos más calurosos, las propiedades de las frutas se suman a la bebida aportando energía a tu organismo con la fructosa. Las frutas de la temporada estival son las mejores y las más refrescantes para hacer en zumo: la piña, el kiwi, la cereza, el melón, la fresa y la sandía tienen una composición de más del 90% de agua. Si no le añades azúcar, puede ser una opción para tus días de playa y piscina.
· Agua de coco
Además de proteger estómago y riñones, y ser genial para regenerar la piel, el agua de coco ayuda a aliviar la sed. Es una bebida muy utilizada por los deportistas porque hidrata, fortalece el sistema inmunológico y da un aporte extra de vitaminas y minerales que los refrescos no te aportan. Pídelo la próxima vez que vayas a un bar.
· Limonada
No tiene mucho misterio: se suma el poder hidratante del agua con la influencia depurativa del limón. Este cítrico, además de contar con un sabor ácido que refresca mucho, es ideal para las digestiones. Un vasito, caliente o frío, en ayunas es perfecto para purificarte por dentro y notarlo por fuera.
· Leche
Aunque algunos dietistas lo consideren más un alimento que una bebida, por su contundencia, la leche es un aporte perfecto para después del ejercicio, puesto que tiene gran cantidad de agua en su composición. Pero, además, los últimos estudios procedentes de la Universidad de Loughborough determinan que la leche baja en grasa tiene muchos electrolitos y calcio que recuperan los fluidos perdidos en la sudoración. También, se digiere y se expulsa más lentamente manteniendo tu cuerpo hidratado por más tiempo.
· Gazpacho
Esta sopa de tomate andaluza forma parte del menú estival en casi todos los restaurantes de playa y en los hogares españoles. Y es que su sabor refrescante, y las vitaminas y nutrientes de las verduras que lleva, se mezclan con la cantidad de agua de la receta.
· Horchata
Es muy nutritiva y refrescante por su origen vegetal. La bebida valenciana ya se usaba como medicina en la antigüedad al tener todo un arsenal de antisépticos y digestivos en su composición: el coco, el arroz y algunos tubérculos. Asimismo, la vitamina C y E refuerzan las defensas. Pero lo que realmente hidrata de la horchata es su contenido mineral a base de fósforo, el calcio, el magnesio y el potasio.
· Las bebidas isotónicas
Son incluso más efectivas que el agua. Es el líquido que toman los deportistas y que utilizas en tus peores momentos de deshidratación. Su alto contenido en sales minerales te da un aporte de rehidratación más completa que otros líquidos y, encima repone hidratos de carbono que garantizan que no bajes tus niveles de glucosa y de líquido. Además, te da menos ganas de orinar que otras bebidas, hecho que favorece la hidratación. Son perfectas para después de una caminata con tu perro en el parque o después de salir a correr en verano.