Según datos de Atudem (Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña) revelados el pasado mes de noviembre, casi seis millones de españoles visitaron las estaciones españolas, un 7,32% más que la anterior temporada, a los que hay que sumar el medio millón que llegaron del extranjero. El esquí y el snowboard son dos de las actividades más en alza en nuestro país, lo que se refleja en las cifras del turismo de invierno, uno de los mayores reclamos de esta época. Sin embargo, esos magníficos resultados tienen también su cara B, el aumento de las lesiones entre los amantes de la práctica deportiva en la nieve.
Contusiones de muñeca, rodilla y costales
En los últimos años, las consultas de traumatología han podido constatar un aumento de las lesiones derivadas de estas prácticas como las contusiones de muñeca, fracturas costales y de columna, y de clavícula en el caso de la cada vez más popular tabla de snow, y de tobillo, rodilla y el pulgar del esquiador en el caso de las dos tablas, sin olvidar los temidos traumatismos craneoencefálicos, los más graves. Las lesiones de las extremidades inferiores tienen una prevalencia del 40%, mientras que la de cabeza, tronco y brazos es del 30%, siendo la rodilla una de las articulaciones más afectadas. No obstante, en el caso del snowboard se han incrementado las consultas médicas por fracturas de radio (20%), ya que son las manos los primeros miembros que tratan de paliar las caídas.
Fatiga y escasa preparación previa
Entre los motivos más comunes para este incremento de las visitas a los traumatólogos se encuentran la falta de preparación física; el uso de material inapropiado y la fatiga de los usuarios de estas prácticas deportivas. Es muy importante seguir los consejos de los expertos y preparar previamente nuestro cuerpo para la práctica de un actividad física que requiere de una enorme resistencia, flexibilidad y concentración.
Aumentar capacidad aeróbica
El cansancio suele ser el causante de muchas de estas contusiones por lo que los especialistas recomiendan que todos los amantes del esquí estén bien descansados antes de afrontar una larga jornada de actividad física. Asimismo, el estado físico previo es clave para una buena y saludable práctica deportiva, por lo que es conveniente entrenar previamente para lograr una buena capacidad aeróbica. Los expertos recomiendan correr, nadar o montar en bicicleta para mejorar la capacidad pulmonar y la resistencia, además de ejercicios concentrados en las piernas, glúteos, abductores, lumbares, abdomen y espalda, a los que se les exige un mayor esfuerzo.
Regla de tres
Los novatos deben tomar clases con profesionales que les guíen porque una buena formación técnica evitará males mayores. Además, los especialistas insisten en no esquiar más de tres horas al día, tampoco hacerlo más de tres días seguidos –es conveniente hacer un descanso de uno o dos días– y evitar hacerlo después de las 15.00 horas. Una regla de tres que recomiendan desde la Sociedad Internacional de Traumatología del Esquí y Medicina de los Deportes de Invierno (Sitemsch).
Ropa y cascos
La equipación adecuada es primordial. La ropa, las botas y la fijación de las tablas deben ser las adecuadas por cuestiones de seguridad. Asimismo, nunca debes olvidar llevar el casco, incluidos los niños, ya que son los que más golpes se llevan en la cabeza.
Una buena dieta, en la que prevalezcan las proteínas y los carbohidratos, y comer cinco veces al día te aportarán la suficiente energía y reservas para aguantar el esfuerzo aeróbico.
Sueño reparador
Muy importante hacer ejercicios de calentamiento antes de empezar y estiramientos al finalizar, pero también una tabla de recuperación para evitar que piernas y brazos se carguen. Las fiestas nocturnas son uno de los mayores reclamos de las estaciones de esquí, pero es esencial estar bien descansado al día siguiente para que la fatiga y el cansancio no te pillen desprevenido, así que es conveniente dormir un mínimo ocho horas.