La tónica general de este invierno están siendo las temperaturas anómalas: por el día suele hacer más calor del que debería y, por la noche, más frío. Eso hace que en apenas 12 horas tengamos unas diferencias de temperatura abismales. Por ejemplo, el jueves destacó la amplitud en Molina de Aragón, donde la temperatura máxima fue de 18,1⁰C y, la mínima, de -6,8⁰C. Estamos hablando de casi 25⁰C de diferencia en un solo día. En las provincias de Lugo, Salamanca y Orense hubo también más de 20⁰C de amplitud térmica.
*Imagen: Amplitud térmica el viernes, 15 de febrero / @crballesteros
La amplitud térmica es una de los efectos más famosos de los anticiclones, tanto en verano como en invierno. Lo contrario a los anticiclones son las borrascas y los frentes, que además de traer lluvias y cielos grises, ayudan a templar las temperaturas y a que no haya tanta diferencia entre el día y la noche.
Pero no solo es una cuestión de 'calma chicha'. Durante el invierno, las noches son largas, lo que facilita que ese frío que se instala en los valles, se mantenga inamovible y las temperaturas caigan en picado. Y al amanecer, la ausencia de nubes hace que el sol caliente la superficie rápidamente y donde había temperaturas bajo cero pronto suben a más de 10ºC.
Pero hay un tercer ingrediente que no siempre se da, y que ha sido el causante de que ahora se hayan disparado de una forma inusual las temperaturas en pleno febrero: la dorsal centroeuropea. "Gracias a su posición, estos días estamos recibiendo aire cálido del sur que hace que las temperaturas sean incluso más altas de lo normal de día", ha explicado Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, a través de un vídeo explicativo. "Eso explicará que estemos en los próximos días rondando los 20ºC en muchas zonas".
Además, ese aire cálido, también presente en las capas altas de la dorsal, impide la formación de nubes, por lo que los rayos del sol inciden directamente sobre la superficie y es más fácil que se disparen.
Y luego está la cuestión geográfica. Existen zonas en las que la amplitud térmica es mayor que en otras. Por ejemplo, en las zonas de costa tienen el efecto del mar, que dulcifica las temperaturas nocturnas y suaviza las diurnas impidiendo que se disparen. En el caso del Estrecho, por ejemplo, donde esta semana sopla el levante con mucha fuerza, esta condición se ve ligeramente alterada.
En las zonas de montaña también se nota menos el contraste porque las laderas están mucho menos expuestas que las llanuras al sol.
En el desierto, por ejemplo, durante el día el calor es insoportable pero, por la noche, el espacio abierto, sin vegetación que acumule el calor o vientos marítimos que influyan, favorece que se esfume ese calor y se alcancen valores próximos a los cero grados. La amplitud llega a superar los 40⁰C en el Sáhara.
Por ahora sabemos que el lunes la amplitud va a menos por las lluvias que, aunque débiles, van a barrer la península de oeste a este. Pero el martes vuelve la calma al menos hasta el jueves y la amplitud será de nuevo muy destacada. Si la segunda mitad del mes el anticiclón continúa anclado en la península, la diferencia de temperaturas diurnas y nocturnas seguirá siendo acentuada.
*Imagen: Amplitud térmica prevista para el lunes, 18 de febrero / @crballesteros