El iceberg B-15, se separó en el 2000 de la Antártida, de la capa de hielo Ross, con una medida de 196 kilómetros de largo y 37 de ancho, es decir, un área de unos 10.900 kilómetros cuadrados.
Según la NASA, es el trozo de hielo más grande que se haya desprendido de la Antártida. Desde que se separó, se ha fracturado en números y pequeños trozos, lo que poco a poco, ha hecho que su tamaño fuese menor.
En la actualidad, se compone de cuatro piezas que cumplen el tamaño mínimo para ser considerado un iceberg: mide al menos, 20 millas náuticas cuadradas, lo que equivale a 68 kilómetros cuadrados. En el centro del B-15, hay una gran fractura que podría dividirlo en dos, además, de partes de los bordes que comienzan a desprenderse. Si sigue menguando su tamaño, dejará de ser considerado iceberg, y dejará de ser rastreado por el Centro Nacional de Hielo. Esto puede suponer su desaparición.
Desde su desprendimiento en el año 2000, su rumbo ha cambiado. Se quedó cerca de las aguas de la Antártida, hasta que en 2016 comenzó a cambiar su rumbo, tomó rumbo hacia Ecuador. Después de recorrer 10 mil kilómetros, ahora se encuentra al noroeste de las islas Georgias del Sur.
Según el glaciólogo de la NASA, Kelly Brunt, este cambio de rumbo significará su desaparición, ya que las aguas más cálidas de esa zona acabarán por derretirle. Ya que explica que cuando esos icebergs se encuentran tan cerca del ecuador "tienden a estancarse con agua".
El iceberg sobresale unos 30 metros sobre el nivel del mar, se estima que su superficie es de cinco mil 800 kilómetros cuadrados. Su más que posible fractura, según los glaciólogos, supondría un aumento en la tasa de deshielo, y el incremento de los niveles del mar.