Los gigantescos trozos de hielo que se desgajan de la costa de Groenlandia en primavera recorren largas distancias por lo que se conoce como el "Iceberg Alley" (autopista de icebergs, en español). Después, llegan hasta un lugar en el noreste de América del Norte donde lugareños y turistas aguardan para disfrutar del espectáculo. Este es el mejor sitio para verlos del mundo.
Cientos de personas acuden cada año a las costas de Labrador y Newfoundland (en español, Terranova), en Canadá, para observar el desfile de icebergs que llegan desde Groenlandia. Los bloques de hielo se acercan con sigilo, en absoluto silencio, con el único aviso de su alargada sombra. Son tan inmensos que pueden verse incluso si nos encontramos a 15 kilómetros del mar, hacia el interior.
Los visitantes planean el día desde bien temprano para no perderse las mejores vistas desde la costa Battle Harbour, Red Bay, Twillingate y Witless Bay, donde conducen largas distancias, e incluso hay quien lleva un bote o un kayak para remar entre icebergs.
En Ferryland Newfoundland (puerto de ferris de Terranova), donde desembarcan los enormes icebergs, apenas hay unas 200 viviendas habitadas, en las que viven algo menos de 400 personas, según el último censo, aunque con la llegada del hielo la zona se llena de gente.
Por si Terranova fuera poco atractivo de por sí en primavera por el hecho de poder ver icerbergs, las islas Twillingate que se encuentran frente a su costa son ideales para ver ballenas, peces y aves marinas, entre los que destacan los emblemáticos frailecillos de Witless Bay.
Durante toda la primavera y parte del verano, el hielo de hasta 10.000 años de antigüedad sigue rompiéndose en la costa de Groenlandia y viaja por el Atlántico norte hacia la bahía de Baffin y el mar de Labrador. Se estima que entre 400 y 800 icebergs de gran tamaño fluyen a través de Iceberg Alley cada año. el solsticio de verano, las horas de luz solar empiezan a alargarse y el hielo se va reponiendo en las regiones árticas.