El fin de semana todos los ojos se posaron repentinamente sobre un fenómeno que, como de la nada, se intensificó muy cerca de la Península Ibérica. Las temperaturas no parecían acompañar a la tormenta tropical Pablo en la superficie del Atlántico, pero el frío que ha 'alimentado' su ojo podría estar, en cambio, en la atmósfera. ¿Qué va a pasar ahora con este exhuracán?
Para sorpresa de los meteorólogos, Pablo fue 'engordando' hasta mutar a huracán de categoría 1 en una latitud similar a la de Galicia, y casi a la misma distancia de la costa coruñesa que de las Azores. Su localización exacta en su momento de más potencia fue alrededor de 42,8ºN y 18,3ºW, y su presión central mínima, 983 hPa, ha informado el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).
*Imagen: National Hurricane Center
El Atlántico se encuentra ligeramente más caldeado del promedio habitual para la fecha en la zona donde tuvo lugar la intensificación del ciclón Pablo, entre 1 y 2ºC. Sin embargo, los menos de 20ºC de estas aguas suelen ser insuficientes para 'dar a luz' a una tormenta tropical tan al norte en el océano. De hecho, estamos hablando del huracán más al norte en el Atlántico y más tardío en la temporada de huracanes que se ha registrado.
*Imagen: Anomalía de la superficie del Atlántico a 28 de octubre / Tropical Tidbits
Aunque habrá que esperar los análisis del Centro Nacional de Huracanes para conocer el motivo de la formación y potencia de Pablo, todo parece indicar que la respuesta podría encontrarse en la atmósfera. Las aguas del Atlántico no pudieron 'nutrir' a la tormenta tropical por su temperatura demasiado templada. En su defecto, se teoriza con que el sustento del ciclón podría haber sido la convección que se produce como resultado de las bajas presiones que se han ido desprendiendo de la circulación general, además de un aire frío en niveles medios y altos que habrían sido fundamentales en este caso.
Desde el lunes, Pablo ha dejado de ser huracán para iniciar una transición a tormenta extratropical a medida que se debilita. Sus vientos máximos sostenidos irán yendo a menos progresivamente, en torno a los 80 km/hora, y la previsión es que continúe rumbo al norte/noroeste hasta sumarse a un centro de bajas presiones.
Nos afectará de alguna manera porque un frente va a aparecer por las proximidades de la Península y mojará algunas regiones, aunque serán realmente los restos de Pablo contribuyendo con un sistema de bajas presiones, y no el huracán como tal, los que se dejarán notar en nuestro país.
El frente que nos deja el lunes es poco activo, aunque suficiente para dejar lluvias y alguna que otra tormenta en la fachada atlántica gallega, que tenderá a remitir al final del día. En A Coruña y Pontevedra incluso se aprecia un descenso de unos 3ºC.
A medida que suma fuerzas con las bajas presiones atlánticas, nos traerá nuevos frentes que lelgarán más organizados. El miércoles las lluvias serán frecuentes primero en el oeste gallego y, poco a poco, en toda la comunidad. Podrán ser localmente fuertes y dejar hasta 60 litros/m(2) de acumulación, más probable cuanto más hacia el oeste. En cuanto a la segunda mitad de la semana, habrá que esperar a tener más información, aunque podría ser lluviosa y más calurosa del promedio habitual para la época.