Tres provincias españolas lamentan a estas alturas del año la 'sed' que atraviesan sus pantanos, a menos del 20% de su capacidad: Almería, Ávila y Palencia. Las lluvias se hacen de rogar o no llegan a las cuencas de los ríos bien por la evaporación o porque el suelo lo absorbe. Por eso, que las precipitaciones hagan acto de presencia en la provincia de Ávila es una buena noticia, incluso cuando se produce en forma de granizo.
El año hidrometeorológico (septiembre 2018-agosto 2019) terminó en Castilla y León con un déficit de en torno al 25%, informa en su web la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Sin duda el dato más preocupante es el del Observatorio de Ávila, donde el balance deja un valor acumulado de 238 l/m² y un carácter interanual que la Aemet califica de 'extremadamente seco', tratándose del registro más bajo desde el periodo 1964-1965, cuando la cifra fue la más crítica de su serie histórica.
Los abulenses no desconocen la preocupante sequía que atraviesan. La montaña más seca que otros años y los constantes incendios del verano –en las localidades de Candeleda, Gavilanes o Cadalso– han delatado la necesidad de lluvias que, esperan, llegarán durante el otoño.
Por suerte, parece que no se han hecho esperar demasiado. La DANA (depresión aislada en niveles altos) que se va formando a lo largo del lunes a medida que queda desprendida de la circulación en latitudes más elevadas, ya ha empezado a hacer estragos. El aire frío en altura que se ha adentrado en la Península ha permitido incluso la formación de granizo en Ávila, que empieza a mirar al cielo con esperanza. Así han compartido en las redes las imágenes que ha dejado el episodio el lunes: