El fuego amenaza uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del mundo. Los incendios en el Pantanal brasileño, el humedal continental más grande del planeta, ya han quemado un 16 por ciento de su vasta superficie. Un escenario sombrío a medida que el fuego avanza pese a los esfuerzos de los bomberos. El pantanal es todo un santuario para más de 1200 especies. Un imán en el que han quedado atrapadas, víctimas de un fuego que ha llevado al gobierno a declarar en la zona el estado de calamidad.
Los ambientalistas están perplejos por el grado de destrucción en el Parque Estatal Encontro das Águas, que cuenta con la mayor concentración de jaguares del planeta. El fuego los hizo huir despavoridos. Pero esta vez, las llamas eran tan grandes que los animales no encontraron muchos refugios.
El Instituto Ecoo sostiene que todavía es difícil calcular el impacto de la destrucción de los refugios naturales del Pantanal. "Sabemos que muchos animales escapan y se refugian. Pero estamos ante una cadena. Las serpientes de agua se encuentran sin duda entre las más afectadas. Y sirven como control de población y alimento para otros animales", explicó la investigadora Christine Strusman, de la Universidad Federal de Mato Grosso.
"¿Cómo harán los guacamayos azules sus nidos naturales sin los árboles que quemaron y cómo se alimentarán sin los frutos de bocaiuva y bacuri?", se preguntó, azorada, su colega Cátia Nunes. Aseguró a su vez que los peces también se verán afectados. "Los pacus están ligados a frutas. Cómo van a hacer frente a la escasez de estos alimentos es algo que puede tener repercusiones en toda la cuenca del río Paraguay, traspasando las fronteras de Brasil".
A la espera de más recursos, equipamientos y del apoyo del Gobierno federal para combatir los incendios forestales, los voluntarios y los socorristas del Cuerpo de Bomberos y la Defensa Civil saben que están en desventaja frente al fuego.
"Los incendios continúan y, a pesar del escenario, somos la institución que tiene que estar en la línea de frente para intentar minimizar el impacto del fuego. Tenemos que cuidar de los animales y de la seguridad de las personas", afirmó a Efe Sheila Sebalhos, teniente-capitana del Cuerpo de Bomberos de Mato Grosso.
Al trabajo de los Bomberos se han unido los voluntarios, en su mayoría guías de turismo, dueños de posadas, pequeños hacendados y personas que sensibilizadas por la emergencia han viajado desde estados como Sao Paulo (sudeste) o Bahía (nordeste) para ayudar en las labores de rescate de animales.
"Más o menos somos siempre unas cuarenta personas, pero es un número que está variando constantemente porque muchos tienen que volver a sus lugares de origen y otros llegan", comentó a Efe Ailton Lara, dueño de posada, guía turístico y uno de los coordinadores del grupo de apoyo Aecopan.
Además del rescate de animales como erizos, aves de gran porte, venados, caimanes yacarés, marsupiales, búfalos, osos hormigueros y hasta jaguares (el mayor felino del continente americano y que tiene su mayor hábitat en la región), los voluntarios también arriesgan sus vidas para preservar la precaria infraestructura de esa zona.
"Nos ha tocado proteger puentes y posadas de los incendios. Incluso unos compañeros que defendían una casa fueron cercados por el fuego y salieron con pequeñas quemaduras", apuntó Lara.
El clima seco y las temperaturas de hasta 43 grados centígrados son señalados como los principales responsables de los incendios, pero las autoridades también comenzaron este lunes un operativo para investigar si parte del fuego fue provocado por la acción humana.
La Policía Federal (PF) inició una operación para buscar la "responsabilidad criminal" de algunos sospechosos de provocar incendios en la región con el fin de preparar las tierras para cultivos agrícolas, como la soja, o para el pasto del ganado vacuno, que tiene en esa zona el mayor rebaño del país.
La operación "Mataa", ejecutada desde Cuiabá (Mato Grosso) y Campo Grande (Mato Grosso do Sul), las dos capitales regionales, partió del análisis de imágenes por satélite y el sobrevuelo en las áreas afectadas que determinaron el inicio y la evolución de algunos de los incendios al parecer provocados por el hombre.
El daño ambiental de ese tipo de incendios, según un comunicado de la PF, alcanzó más de 25.000 hectáreas en las llamadas Áreas de Preservación Permanentes y en el límite del Parque Nacional do Pantanal Mato-grossense y el complejo montañoso Serra do Amolar.
El operativo, que empleó aeronaves y barcos fluviales de la PF, fue realizado por 31 agentes federales y se cumplieron diez órdenes de allanamiento en la que fueron escuchados los sospechosos, que en caso de ser juzgados y hallados culpables podrán cumplir penas de hasta quince años de prisión por delitos ambientales.
Lara indicó que los efectos de la deforestación en la Amazonía, vecina del Pantanal que Brasil comparte con Paraguay y Bolivia, incide en el "ciclo biológico" del bioma, por la "causa-efecto" que ella provoca al intervenir bruscamente con las lluvias que el humedal requiere en esta época del año.
"Se altera el viento, se altera todo, porque el planeta tiene interacciones conectadas. La Amazonía necesita, por ejemplo, de los nutrientes del fósforo que es traído por el viento del desierto del Sahara, en África. Es una cadena", resaltó Lara, también activista de la preservación del jaguar.
Las autoridades, lamentó Lara, a veces "dieron más prioridad para proteger haciendas que el parque ecológico Encontro das Aguas, el mayor asentamiento de jaguares en el mundo y en el que han sido rescatados algunos felinos con quemaduras, pero otros huyen heridos a su suerte en lo poco que queda de bosque".
Durante este 2020, los incendios en el Pantanal han aumentado más de un 230 % en relación con 2019 y las críticas a la falta de una política medioambiental más enérgica contra el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro no se han hecho esperar.
"El desprecio del Gobierno Bolsonaro con la agenda ambiental es crónico y tiene alto poder de destrucción de nuestros biomas", dijo en su perfil de Twitter la excandidata presidencial, exsenadora y exministra de Medio Ambiente, Marina Silva.