La contaminación, la niebla y las posibles heladas negras que amenazan con destrozar la cosecha han sido protagonistas las últimas semanas por la presencia del anticiclón sobre la Península Ibérica, que ha estabilizado la atmósfera dificultando el movimiento de las capas de aire. Tras su tímido desplazamiento que ha hecho posibles las recientes lluvias en el norte y el Mediterráneo, el fin de semana las altas presiones volverán a favorecer el enfriamiento del suelo y a complicar la circulación de viento. Abrígate: los bajos cero llegarán esta vez a casi toda España y hay aviso por frío en 10 provincias.
*Imagen: Avisos por temperaturas mínimas muy frías el sábado y domingo / Aemet
La dorsal atlántica en altura –elongación de altas presiones– va a recuperar su posición sobre la Península después de habernos dejado parcialmente durante la entrada de varios frentes asociados a una borrasca que pasó el jueves por el Golfo de Vizcaya. Así, las lluvias y el viento que todavía se producen en el litoral mediterráneo van a ir remitiendo a lo largo del viernes para pasar el testigo al tiempo estable.
Las mínimas van a bajar el sábado en toda la Península, extendiendo las temperaturas por debajo de los 0ºC y por tanto las heladas nocturnas. En áreas de montaña de la mitad norte las temperaturas podrán bajar de los -10ºC.
En cuanto a zonas más llanas, en toda la meseta norte y regiones de la mitad oriental peninsular, podrán darse valores entre los 0 y los -4ºC, como los que ya se han dado en días anteriores en Salamanca, Zamora o Burgos. Las temperaturas serán, de hecho, entre 3 y 5ºC más bajas del promedio normal para la época (periodo de referencia 1981-2010).
*Imagen: Temperaturas mínimas previstas para el sábado y domingo / César Rodríguez Ballesteros
En buena parte de la mitad sur peninsular el frío llegará de manera más acentuada el domingo, con entre 2 y -2ºC de mínima. En el valle del Ebro se seguirán perdiendo grados y podrá darse nuevamente la inversión térmica –cuando hace más frío a menos altura– que favorecerá el aumento de gases contaminantes en áreas urbanas.
Hacía varios días que Zaragoza no amanecía como lo ha hecho el viernes, sin rastro de niebla que enturbie el ambiente. Un sol radiante ha aparecido en el horizonte en su lugar. ¿Por qué? El enfriamiento nocturno del suelo y de la capa de aire próxima ha sido responsable, en días anteriores, de la bruma espesa que se ha dado sobre la ciudad. Con el movimiento del viento y la entrada de aire frío en altura, la inversión térmica y la formación de nubes bajas –niebla– ha desaparecido.
Con la retirada de la inestabilidad y la entrada de aire en altura más cálido de lo normal, las capas atmosféricas se verán en apuros para interactuar, favoreciendo de nuevo la formación de nieblas y el empeoramiento de la calidad del aire. En Zaragoza y todo el valle del Ebro, concretamente, la bruma matinal no tardará en repetirse.
Cuando el aire frío, que pesa más, queda 'atrapado' sobre la superficie, y el caliente queda instalado en altura –porque pesa menos–, es frecuente que aparezca la famosa 'boina' en Madrid. La falta de movimiento del aire y de precipitaciones dificulta la dispersión de contaminantes, que quedan así retenidos en la capital. Se prevé, de hecho, que pasemos de la 'buena/moderada' calidad del aire del viernes a, otra vez, el punto rojo que representa que es 'mala'. En otras zonas del país, los gases contaminantes irán a menos.
*Imagen: Índice de calidad del aire diario previsto para el viernes y sábado / Aemet