Diógenes digital: borra emails para ayudar a salvar el planeta
El envío de correos electrónicos genera un 2% de CO2 a nivel planetario
Según datos del año 2014, en el mundo se enviaron y recibieron 196,3 mil millones de emails diarios, y las previsiones ya por aquel entonces apuntaban a alrededor de 236 en este 2019. En un estudio publicado hace dos años por Radicati Group esa cifra se incrementó hasta los 269 mil millones y se calcula que en todo el planeta hay unos 3.700 millones de usuarios. Pero las cifras van mucho más allá en cuanto a las aplicaciones. Cada minuto se envían 38 millones de mensajes por WhatsApp, 481.000 en Twitter y se visualizan 4,3 millones de vídeos en YouTube.
El mundo dio un giro radical en 1969 cuando se estableció la primera conexión por computadoras entres las universidades de California, pero nadie podía preveer que aquellos primeros pasos en una nueva era de las comunicaciones se convirtiera en lo que a día de hoy es. Sin embargo, como todo lo que genera el ser humano, tiene su cara B, y a la cada vez más presente fomofobia, ansiedad por estar desconectado, se suma la contaminación digital, desconocida para muchos, pero que ya ha provocado la señal de alarma por parte de muchos expertos.
Un incremento desmesurado
Según Roberto Erausquin, gerente de Tecnologías de Información de Latinoamérica, el uso de internet, el envío de correos electrónicos o la acción de guardar información digital provoca un 2% (830 millones de toneladas) de emisiones de CO2 a nivel planetario. Según este experto, "la contaminación generada por la red de redes será mayor que la que producen todos los aviones civiles del mundo", y algunas investigaciones apuntan a que dentro de un lustro alcanzarán el 4%.
Para que internet sea una realidad hay toda una infraestructura física repleta de servidores de centros de datos de la red, cables, antenas y todo tipo de tecnología que necesitan de enormes cantidades de energía, y como sucede con la electricidad, el gas o el carburante, genera contaminación. Tal y como explica Erausquin en elDossier, cada email o foto no borrada produce una polución en pequeña escala, unos 10 gramos de dióxido de carbono al año. "Cada disco duro externo con data de antaño que raramente volveremos a utilizar ha sido fabricado consumiendo recursos naturales, y cuando finalmente los desechamos tardarán años en biodegradarse, cada USB, CD o memorias de cámaras que en lugar de borrar para reutilizarlas, simplemente guardamos y compramos una nueva".
Síndrome de diógenes digital
En este sentido, los más dañinos son las cuentas de correos electrónicos y redes sociales en desuso, ya que ocupa espacio en nuestros equipos digitales y ni se recicla ni se destruye. En la actualidad se habla incluso del Síndrome de Diógenes Digital, que lo padecen aquellos usuarios que son incapaces de borrar ningún correo porque creen que en algún momento de sus vidas pueden echarlo en falta. Este tipo de personas suelen apilar discos externos y tarjetas de memoria o aumentar el espacio de la nube sin limite.
Cómo ser ecodigital
Ante esta situación, lo primero que recomienda los especialistas es tomar conciencia del problema y ser responsables de esta situación lo mismo que lo somos con la contaminación medioambiental que tanto nos preocupa. Asimismo, es conveniente que llevemos a cabo medidas individuales para colaborar a rebajar esos niveles amenazantes, por lo que deberemos tomarnos muy en serio borrar de nuestra cuenta de correo todo aquello que sepamos que no es estrictamente necesario, reciclar los archivos que almacenemos en la nube y tratar de generar el menor tráfico posible.
Por otra parte, es importante que todos aquellos dispositivos en desuso sean trasladados a un punto limpio para su correcto reciclaje, aprovechar al máximo la vida de los ordenadores porque la fabricación de cada uno de ellos ronda los 200 gramos de gas de efecto invernadero y no olvidar lo importante que es desenchufar los equipos cuando terminemos.