La 'meteo' en casa: consejos para hablar correctamente del tiempo en el ascensor
Marcos Fernández
04/02/201716:41 h.Nevada en Madrid – Foto Marcos Fernández
Temperaturas bajo cero: ojo a la redundancia
Hace frío. Es invierno. Viene un vecino. Se mete contigo en el ascensor. Ya tienes comodín, pero úsalo correctamente. Por ejemplo, en pleno frío polar, las temperaturas bajo cero puedes llamarlas también 'valores' negativos. Sonarás un poco resabido, pero hay otros momentos en el que no tanto.
Es el caso del signo negativo y los bajo cero. Cuando cuentes a tu vecino del quinto que se te han congelado las plantas porque hemos batido un récord de frío nocturno, podrás decir que hemos registrado 'quince grados bajo cero' o 'menos quince grados'. Lo que no existe son 'menos quince grados bajo cero'. Estarías diciendo dos veces que la temperatura es negativa.
'Avisos' meteorológicos, no 'alertas'
Las lluvias torrenciales, las nevadas de medio metro, las grandes heladas en invierno o el calor de 40 grados en verano son algunas de las causas por las que podrás pedir precaución a tus vecinos, ya que AEMET ha lanzado un 'aviso'. Según el riesgo (bajo, medio, alto) los avisos serán amarillo, naranja o rojo.
Eso sí, nunca digas 'alerta', salvo que sea Protección Civil quien las anuncie. La AEMET siempre hablará de avisos para mantenernos informados y tomar las medidas necesarias. Por ejemplo, si te vienes arriba de espíritu colaborativo, ante una nevada y una noche heladora, con aviso naranja, no olvides esparcir sal delante del portal y así evitar caídas inoportunas.
¿Cuándo se puede decir de verdad que tenemos una 'ola' de frío?
No te anticipes a la AEMET y no seas alarmista en cuanto veas escarcha sobre los coches. ¡Que no cunda el pánico en tu edificio! Espera a que la AEMET emita una nota confirmando esa posibilidad de ola de frío. Afirmar que tenemos encima un frío histórico es tan complejo como ponerse de acuerdo para una derrama.
Según la AEMET, es necesario "un episodio de bajas temperaturas de al menos tres días consecutivos en que, como mínimo el 10% de las estaciones consideradas, registran mínimas por debajo del percentil del 5% de su serie de temperaturas mínimas diarias del mes en concreto del periodo 1971-2000". En otras palabras, unas cuantas estaciones representativas deben marcar valores más bajos de los que han venido registrando desde hace casi 50 años. La mayor parte de los vecinos de tu escalera ni lo recordarían.
[[object]]
Las temperaturas reales
Para las olas de calor, revisa lo que acabamos de contarte, pero a la inversa. No te fíes del termómetro de la parada del autobús ni del que tienes expuesto al sol en tu balcón. Aunque tú no lo creas, mienten porque están marcando más grados de los que realmente tenemos.
Cuando colocas un termómetro al sol, lo que hace el sensor es acumular calor hasta el punto de llegar a marcar 6 grados más de la temperatura real. Por tanto, cuando 46 grados en verano, lo más seguro es que sean 40 grados. Por eso, los termómetros oficiales están a resguardo y protegidos de la contaminación y de la luz directa del sol o de otra fuente de calor.
Los terremotos no se miden en grados
Puede que pases tus vacaciones de verano en La Manga, Lorca o Mojácar, así que atento a los terremotos porque el sureste peninsular es una zona de riesgo sísmico. Esperamos que nunca tengas que contar esta anécdota a tus vecinos como una de tus aventuras de verano. Si llegas a tonar un ligero temblor, nunca les digas que un terremoto de cinco 'grados' en la escala de Richter te tiró de la hamaca.
Los terremotos no se miden en grados, porque se trata de una escala algorítmica en la que un terremoto de 5 es 10 veces más potente que uno de 4… y así sucesivamente. La escala de Richter es una escala abierta que puede seguir sumando potencia a la magnitud de un terremoto. Por tanto, lo correcto es hablar de un terremoto de 'magnitud 5'.
Para nota...
Tan solo podemos hablar de grados en terremotos si nos referimos a la Escala Macrosísmica Europea 1998 (EMS-98). Con ella se mide la intensidad del movimiento sísmico: desde el Grado I, que es no perceptible, hasta el Grado XII, que es devastador.