El viento y el frío, enemigos
En la Comunidad de Madrid, la campaña llega muy desigual porque como señala el profesor Gabriel Moreno Horcajada, del departamento de Ciencias de la Vida de la Facultad de la Universidad de Alcalá de Henares, porque "ha llovido a destiempo” y en algunos casos más que tormentas se han “producido diluvios". "En los mercados de Madrid, ya se pueden adquirir níscalos, pero en la comunidad está la cosa rara. Hay zonas de la sierra donde están saliendo escasas, pero es cierto que el próximo domingo llegan los primeros fríos, con lo cual parará un poquito. No es un año malo, pero tampoco excelente", señala el docente.
Precisamente las bajas temperaturas, que frenan su aparición, y los vientos son los mayores enemigos de las setas, sobre todo este último "porque seca la capa de hojarasca y la endurece", pero también las altas temperaturas de los últimos días en la zona centro son una amenaza. "Con este calor de 20-24 grados todavía hay insectos y hace que se agusanen". El experto recuerda que el año pasado la cosecha en la CAM fue "horrorosa" y este año "entra dentro de la normalidad", aunque a estas alturas del otoño la seta de cardo no abunda, pese a ser la primera en aparecer, y aconseja buscar estos manjares en otras comunidades como Castellón, Teruel y Cuenca, donde el pluviómetro ha sido generoso.
Buena cosecha, en la mitad norte
Según la cátedra de Micología de Valladolid,cátedra deMicología de Valladolid, la cosecha fue especialmente destacada en la mitad norte peninsular, sobre todo en el caso del boletus, la seta blanquilla y la seta de cardo. La gota fría que ha padecido la mitad este del país han beneficiado a la proliferación de níscalos y boletus, sobre todo en la sierra de El Maestrazgo, debido a los altos registros de los pluviómetros después de un 2017 para olvidar. Para Roberto Bermell y Cándido Sos, presidentes de Somival y de Asmicas, respectivamente, es un momento "dulce" para todas las variedades en esta zona debido a que los "parámetros de humedad en tierra" y la temperatura, ni demasiado calor ni demasiado frío, son los adecuados para su aparición.
La abundancia de lluvias durante la primavera y las tormentas de septiembre y octubre han procurado un otoño ideal para los amantes de la recogida de setas en el norte de la Comunidad Valenciana. La producción de setas silvestres comestibles ya registró cifras récords el pasado mes de abril, con producciones de entre 30 y 60 kilos por hectárea. En parajes de Castellón, como la sierra de Espadán y Tinença de Benifassà, serán ricas en las aparición de robellones, el rey de los hongos para muchos cocineros, boletus, las setas de cardo, llanegas y parasoles.
Los aficionados turolenses presumen de una de las mejores temporadas de los últimos años y los expertos aseguran que las zonas seteras están teniendo buenas fructificaciones, que empezaron con las termófilas en septiembre. Las lluvias del verano han contribuido a la proliferación de boletus edulis y ahora es el turno de los níscalos, que llegan con fuerza en esta zona. La Sierra de Gudar está entre las favoritas para los buscadores de níscalos, mientras que la de Albarracín es ideal para los "porros" (boletus edulis). El viento ha sido demoledor en zonas de La Rioja, Navarra y Aragón el pasado mes de septiembre porque se temió que los vientos del sur afectaran a la recolecta de este año. Sin embargo, la situación, según los expertos, se ha reconducido las últimas semanas y toda la zona augura una buena temporada.
De la seta de cardo a la amanita de los Césares
Entre las más preciadas en la zona centro peninsular se encuentra la seta de cardo, pero como señala el profesor Moreno apenas se encuentran silvestres, la mayoría son de cultivo, como sucede en el caso del champiñón. "Tiene mucha fama el Boletus edulis por el que se puede llegar a pagar 30 euros el kilo; y de hecho, en muchos restaurantes es un plato estrella. También está el níscalo o robellón, que es como le llaman los catalanes, muy sabroso. Pero entre los más complicados de conseguir se encuentran las amanitas de los Césares, una especie más abundante en Cataluña, y una de las más ricas es Cantharellus cibarius (rebozuelos, vulgarmente)".
Excursiones micológicas
Es importante recordar por activa y por pasiva que solo se pueden recoger setas cuando se cuenta con la experiencia debido o acompañados de expertos en la materia. Cada vez son más las sociedades micológicas en el país que organizan exposiciones y excursiones para conocer e identificar aquellas setas que son comestibles de las que no. Este mismo fin de semana arranca en Exposetas 2018, que estará abierto hasta el domingo 2 de diciembre. Además, se celebrará una visita guiada, El Arboreto y sus hongos, donde los visitantes podrán iniciarse en el mundo de la micología y conocer los diferentes tipos de hongos existentes en la región, así como su papel ecológico. Actividades todas ellas que irán formando al aficionado poco a poco, aunque, tal y como indica Moreno, es conveniente no comerlas al principio, sino centrarse solo en su recogida, aprender bien sus variaciones porque "todas las setas tienen una o dos muy parecidas que pueden ser tóxicas, hasta los níscalos".
Intoxicaciones mortales
En caso de intoxicación, el docente aconseja "acudir inmediatamente a las urgencias del hospital más cercano porque la vida de la persona depende del tiempo que tarde en ser atendida". Como recuerda el maestro, hay intoxicaciones leves que pueden ser fatales en personas mayores o con problemas cardiovasculares. "En las intoxicaciones graves, te juegas la vida y el reloj corre en tu contra. El tiempo es fundamental porque puedes tener que ser sometido a un trasplante hepático o renal, y hay veces que no se llega a tiempo con resultados fatales. En España, todos los años se producen fallecimientos por la ingesta de setas inadecuadas y bastantes intoxicaciones graves", concluye.