Que hay ciertas zonas de los continentes que se están separando poco a poco es algo que ya se sabía. En el caso de la grieta africana, se conoce como el 'Gran Valle del Rift', y va desde Etiopía a Mozambique. Cada año se separa una media de pocos milímetros, y se espera que en millones de años el mar inunde el valle completamente. Ahora, de repente, se ha separado 20 metros, produciéndose una grieta de quince metros de profundidad en el condado de Narok.
La apertura de las grietas, en general, siempre tienen que ver con terremotos importantes en la zona, pero en el caso de la grieta africana no se ha producido ninguno últimamente. La hipótesis, por tanto, de los movimientos sísmicos ha sido descartada como la razón principal, algo que tiene muy desconcertados a los científicos.
El Rift de Kenia está afectada por un dorsal de volcanes y fallas. Los expertos creen que estos volcanes han hecho que la región acumule, a lo largo del tiempo, cenizas en las capas del subsuelo lo que, unido a las intensas lluvias que se han producido en la región en las últimas semanas, han purgado la grieta.
Lo peor de este suceso es que podría ocurrir a lo largo de todo el Rift africano. Cientos de puntos están ubicados en regiones muy volcánicas en su interior, por lo que es suceptible que lo que ha pasado en Kenia también pueda suceder en otros lugares. Precisamente por miedo a que se pueda repetir algo parecido en la zona, muchos kenianos han decidido mudarse.
A los kenianos esto no les ha hecho ninguna gracia: una carretera se ha partido en dos, algunas áreas de cultivo y fértil han quedado destrozadas, e incluso se han dañado a algunos edificios. Para los científicos, por el contrario, se trata de una nueva oportunidad de estudiar el fenómeno de la ruptura de los dorsales de cerca.