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Todos los medios miran con preocupación ahora al Atlántico: una profunda y potente borrasca va a aproximarse a las costas gallegas en las próximas horas. Dada su virulencia la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) le ha puesto nombre, 'Miguel', y se espera que se forme a través de un proceso de ciclogénesis explosiva. Las consecuencias y la trayectoria final exactas aún se desconocen, pero los científicos ya están desconcertados: se trata de un fenómeno típico…del invierno.
A falta de que se actualicen los modelos, ya se están empezando a activar los primeros avisos en las regiones del norte peninsular. Este jueves un total de 10 provincias están en riesgo por los efectos de la borrasca 'Miguel', cuya máxima proximidad a la costa gallega se producirá probablemente durante las primeras horas de la tarde del jueves alcanzando una presión en su centro en torno a los 988 hPa.
De hecho, donde más impacto tendrá será en Galicia, donde se pueden alcanzar vientos de "incluso 120 km/h", según la Aemet. Es decir, huracanados.
Otros de los efectos los resume muy bien nuestra meteoróloga, Rosalía Fernández: "Se prevén lluvias intensas en las comarcas gallegas ubicadas más al oeste; las rachas fuertes de viento correrán de dicción suroeste-oeste y sobre todo nos encontraremos con una situación marítima muy alterada, de olas que pueden llegar a los 7 metros de altura".
En el resto del norte también se sentirá, pero más bien en forma de viento. Destacan León, Zamora o Salamanca, donde las rachas podrían superar los 80 km/h.
La borrasca también dejará importantes precipitaciones en Galicia, con acumulaciones de más de 60 litros por metro cuadrado en medio día horas. Estas lluvias podrán ser fuertes en las horas centrales del día y extenderse al resto del Cantábrico y Castilla y León a partir de entonces. Incluso podríamos tener que sacar el paraguas en el oeste de Extremadura, y por la noche en Navarra y la Comunidad de Madrid.
La borrasca 'Miguel' tiene desconcertados a los meteorólogos porque el proceso de formación de este, una ciclogénesis explosiva, es más propio de los meses de invierno. ¿Qué ha tenido que pasar para que se produzca una a estas alturas de la película? Hay que echar la vista atrás varios días, cuando disfrutábamos de ese tiempo cálido y tranquilo que nos ha permitido pasar un fin de semana de lo más agradable.
Las ciclogénesis explosivas se producen cuando se produce un encontronazo entre una masa de aire muy cálida con otra muy fría. En este caso, el aire de origen subtropical que llegó a nuestro país y que se ha mantenido en las regiones del norte hasta ahora se ha topado de lleno con una importante masa fría de origen marítimo.
Juntas, darán lugar a la ciclogénesis explosiva. Recordemos que este fenómeno describe una forma muy rápida de nacimiento de las borrascas, profundizándose (o perdiendo presión atmosférica) a 24 hectopascales o más en menos de 24 horas. Esta rápida profundización (o pérdida de presión) hace que el fenómeno adquiera una mayor virulencia.
Y aún hay más. A pesar de su reducido tamaño, los meteorólogos explican que contiene un núcleo cálido (a esto se le conoce como seclusión calida) cuyos efectos, tal y como explica el meteorólogo Javier Martínez, se van a agravar: "El viento será muy intenso alrededor de ese núcleo, por lo que la peligrosidad de la borrasca aumenta".
Se dice que las borrascas de rápida profundización como esta tienen el problema de que su trayectoria, y por tanto su impacto, es muy difícil de predecir dado que se forman en un muy corto espacio de tiempo.
Aún es pronto para determinar con exactitud qué efectos tendrá sobre nuestro país, aunque ya adelantamos de que en cualquier caso será virulenta. Habrá que esperar a la actualización de modelos para confirmar su paso y poder activar, si fuera necesario, los protocolos de actuación de emergencia.