¿Qué tiene que pasar para que se formen los carámbanos?
Un elemento imprescindible es la nieve. Sin una buena nevada es imposible que podamos ver estas formaciones de hielo, a veces, de gran tamaño y muy peligrosas. Y es que tras las nevadas, cuando las temperaturas empiezan a ascender, poco a poco, la nieve contenida en los tejados se funde.
A continuación, el agua fundida discurre lentamente hasta precipitarse al vacío, sobre todo, en las horas centrales del día. A mediodía o a primera hora de la tarde son los momentos más propicios del día.
Sin embargo, cuando cae la tarde y anochece, las temperaturas descienden de forma brusca y vuelven los valores bajo cero. Es ahí cuando el deshielo de la nieve se frena en la superficie de la nieve congelada.
Debajo de esa gruesa capa de nieve, el agua, gota a gota, sigue fluyendo, protegida al abrigo del espesor de nieve que tiene encima. Los pequeños hilos de agua fluyen hasta que se encuentran con el vacío y al caer se congelan con el paso de las horas y el contacto inmediato con el frío helador.
El resultado llega al amanecer: descubrimos en los tejados un espectáculo de cristales de hielo colgando. Ese goteo continuo del día anterior ha permitido que se formen estas agujas.
Precauciones a tener en cuenta
Eso sí, por muy bellas que sean, ten cuidado al acercarte o intentar hacerles fotos: cualquier vibración puede hacer que se desprendan. Dependendiendo de la altura y el peso, su peligro potencial puede ser notable. En la medida de lo posible, evita también pasear por debajo de cornisas y tejados.