Nada en esta vida es gratis, y que tengamos unos días de ambiente suave, tampoco. El precio a pagar son noches heladoras y congelantes. El origen está en el potente anticiclón, que a pesar de que significa tiempo estable, eso no implica necesariamente cálido. Estable solo se refiere a que los cielos lucen azules y que no hay apenas nubes ni lluvias, pero el frío se vuelve más intenso incluso que los días de nieve y precipitaciones.
La razón de esta amplitud térmica –diferencia de temperaturas entre el día y la noche– está en la inversión térmica, un fenómeno consistente en que, debido a la calma atmosférica, el aire frío que normalmente está en las montañas descienda a los valles debido a su mayor peso respecto al del aire caliente y se quede ahí, inmóvil, hasta que algún frente o borrasca lo mueva.
Este apalancamiento, como decimos, producirá heladas durante la noche en los próximos días. Serán más generalizadas a partir de la semana que viene, cuando al anticiclón se le una la incursión de aire más frío que los días previos.
Los mapas no dejan lugar a dudas: a pesar de que un pequeño frente 'hará de las suyas' en el Cantábrico, la masa de aire polar y el anticiclón nos dejarán noches que en más de la mitad del país estarán por debajo de los 0ºC.
*Imagen: temperaturas mínimas para el próximo lunes y martes inferiores a 2ºC / @crballesteros
Como decimos, esta situación puede alargarse 'ad infinitum', es decir, hasta que el anticiclón se desplace y permita la entrada de frentes, o que sea una propia borrasca la que 'mueva' hacia un lado las altas presiones. Mientras tanto, tocará sacar el abrigo al amanecer y al anochecer, y vestirnos con algo más ligera a mediodía.
Lo cierto es que el calor que hemos tenido durante este semana tampoco será tal la que viene. A pesar de que persistirá el anticiclón, la entrada de aire frío procedente de Europa hará que las diurnas se desplomen, teniendo por tanto valores algo más normales para la época.
*Imagen: mapa de masas de aire a 850 hPa (1500 metros) para el lunes, 11 de febrero / Aemet
Esto es algo por otro lado habitual: es el invierno, y no el verano, la estación más anticiclónica del año.