No hay nieve, ni se la espera. En España (con excepciones) lleva sin llover desde navidades, y las previsiones apuntan a que seguirá así todo el mes de febrero e incluso hasta abril. La causa principal de esta sequía es un anticiclón persistente que bloquea la entrada de borrascas sobre la península, pero hay al menos dos factores más implicados.
Porque seguro que ustedes han pasado más de un mediodía al sol en navidades, o durante enero, sin abrigo, y pensando en que no hace frío. Y esto no lo provoca el anticiclón. Lo cierto es que éste no es un invierno de récord por cálido, porque las temperaturas nocturnas han sido muy bajas, pero sí está registrando una amplitud térmica muy grande, es decir, mucha diferencia entre las mínimas y las máximas en 24 horas. Así que esto no es tanto por el anticiclón como por los otros dos factores que están dejando este invierno primaveral en las horas centrales del día: la inversión térmica y la subsidencia.
Estos primeros días de febrero y los últimos de enero gran parte de España está bajo un fenómeno llamado inversión térmica. Rubén del Campo, técnico en Meteorología y portavoz adjunto de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), explica que ésta "está relacionada con que llueva poco pero no es causa directa. Normalmente cuando tenemos altas presiones en invierno, como ahora, que un anticiclón domina nuestro territorio, hay cielos despejados durante varios días o semanas. Entonces, si no hay mucho viento, las noches todavía son muy largas y se produce un enfriamiento muy fuerte de la superficie, y el suelo enfría la capa de aire que está encima. Y el aire frío pesa más que el caliente, con lo cual se acumula en zonas bajas como vaguadas, mesetas, fondos de valle... Y resulta que en esas zonas bajas termina haciendo más frío que en la montaña".
En teoría todos tenemos interiorizado que según asciendes en altura, hace más frío. Pero con la inversión térmica sucede lo contrario. Y eso, a su vez, puede incrementar la contaminación en las ciudades. "El aire caliente, más alto en la atmósfera, hace como de tapadera de una olla: no deja salir al frío ni renovar el ambiente, no se dispersa. Y los contaminantes se quedan confinados en zonas próximas a donde se emiten", advierte Del Campo. De hecho, la ciudad de Madrid lleva algunos días con avisos de alta contaminación.
La subsidencia también influye en la sequía, por su relación directa con un anticiclón. Y también se está viviendo estos días en España. "Es un fenómeno, frecuente, por el cual en el seno de los anticiclones (una gran área geográfica con altas presiones atmosféricas) el aire de las capas medias de la atmósfera baja hacia la superficie", explica el portavoz de la AEMET.
"Este aire al bajar se calienta. Y esto provoca que las temperaturas suban, temperaturas altas, y favorece a su vez la inversión térmica", añade. Es decir, que en este invierno se han unido el anticiclón, que hace que no llueva y por lo tanto no nieve, unas temperaturas altas en las horas centrales del día debido a la subsidencia, e inversión térmica por las noches frías.
Pero, como se decía al principio de este artículo, estas temperaturas altas no van a resultar en un invierno de récord cálido, porque por las noches sí que está haciendo mucho frío y las mínimas son parecidas a las de otros años. De momento, lo único realmente extraordinario de este invierno está siendo la sequía.
La AEMET considera año hídrico períodos entre el uno de octubre de un año y el treinta de septiembre del siguiente. El primer trimestre de esta temporada hídrica está siendo muy, muy seco. "El inicio de año hidrológico es el segundo más seco del siglo, detrás de 2007-2008. Esto provoca que no haya nieve, ya que si no hay lluvias no hay nieve aunque por la noche haga frío", argumenta Rubén del Campo. Según el portavoz de la AEMET, es probable que esta situación siga parecida hasta bien entrada la primavera:
Eso, como normal general para toda España, aunque pueden producirse grandes precipitaciones puntuales en algunos lugares, sobre todo en el área del Mediterráneo.