La estampa blanca que caracteriza a la Antártida con sus paisajes helados está despareciendo por la proliferación de algas que están tiñendo el paisaje helado de verde.
El cambio climático está cambiado la vista de muchos lugares del mundo tal y como lo conocemos. Las altas temperaturas están contribuyendo a la formación y propagación de la "nieve verde", que según una investigación publicada el pasado miércoles, está volviendo tan "verde" y abundante el países de muchos lugares que es incluso visible desde el espacio.
No se consideraba que hubiera vida vegetal en la Antártida, pero lo cierto es que varios tipos de alga crecen en el desierto del hielo bajo su nieve y absorben dióxido de carbono del aire. Su presencia fue advertida hace mucho tiempo por diversas expediciones, como la realizada por el británico Ernest Shackleton, aunque se desconocía la extensión total.
Ahora, utilizando los datos recogidos durante dos años por el satélite Sentinel 2 de la Agencia Espacial Europea junto con observaciones sobre el terreno, un equipo de investigación de la Universidad de Cambridge y el British Antarctic Survey han creado el primer mapa de las floraciones de algas en la costa de la Península Antártica.
"Ahora contamos con una referencia de dónde están las floraciones de algas y podemos comprobar si comenzarán a aumentar en el futuro como sugieren los modelos”, dijo a Reuters Matt Davey, del Departamento de Ciencias Vegetales de la Universidad de Cambridge.
Musgos y líquenes están considerados los organismos fotosintéticos dominantes en la Antártida, pero el nuevo mapeo encontró 1.679 floraciones separadas de algas que constituyen un componente clave en la capacidad del continente para capturar el dióxido de carbono de la atmósfera.
"Aunque los números son relativamente pequeños a escala mundial, en la Antártida, donde hay una cantidad tan pequeña de vida vegetal, esa cantidad de biomasa es muy significativa", dijo Davey.
"Mucha gente piensa que la Antártida es solo nieve y pingüinos. De hecho, cuando miras a tu alrededor hay mucha vida vegetal".
Según investigaciones del equipo, calcularon que las algas en la península absorben a día de hoy niveles de CO2 equivalentes a 875.000 viajes de media con el coche. "Parece mucho, pero en términos del presupuesto de carbono mundial es insignificante", dijo Davey. "Fija el carbono de la atmósfera, pero no hará ninguna mella en la cantidad de dióxido de carbono que se está emitiendo en este momento."
Este grupo de investigadores también descubrió que la mayoría de las floraciones de algas estaban a menos de cinco kilómetros de una colonia de pingüinos, ya que el excremento de las aves es un excelente fertilizante que contribuye a su crecimiento.
Pero las floraciones de algas no son las únicas que tiñen de color la Antártida. Los investigadores están planeando llevar a cabo estudios similares sobre las algas rojas y naranjas, aunque resultan más difícil de cartografiar desde el espacio.
Aunque el cambio climático está afectando a todo el planeta, las regiones polares se están calentado de una forma mucho más rápida. Por ello, el equipo predijo que las zonas costeras bajas de la Antártida pronto estarían libres de algas ya que experimentarían veranos sin nieve.
Pero esa pérdida probablemente se verá compensada por un predomino de grandes floraciones de algas a medida que aumentan las temperaturas y la nieve en altitudes más altas se suaviza.
"A medida que la Antártida continúa calentándose en pequeñas islas bajas, en algún momento dejará de cubrirse de nieve en el verano", dijo Andrew Gray, autor principal e investigador de la Universidad de Cambridge y NERC Field Spectroscopy Facility, Edimburgo.
"Por el contrario, en el norte de la península vimos algunas flores realmente grandes y tenemos la hipótesis de que es probable que veamos más de estas flores más grandes."
Una mayor presencia de algas implica que se absorbe más CO2, por lo que las plantas podrían tener un impacto en el albedo local: la cantidad de calor del Sol que se refleja desde la superficie de la Tierra.
La nieve blanca refleja un 80% de la radiación que la golpea, mientras que la nieve verde refleja cerca del 45%. Sin embargo, el equipo dijo que es poco probable que el albedo reducido afecte el clima de la Antártida en una escala significativa.
"Habrá más carbono encerrado en el futuro solo porque necesita nieve para estar en un estado más fangoso para que las algas florezcan", dijo Evans. "Esperamos que haya un hábitat más adecuado y, en general, más secuestro de carbono", concluyó.