Dos litros de agua al día
El consumo de agua es ineludible. En más de una ocasión, los médicos a los que consultamos sobre diversas patologías nos recomiendan el consumo de líquido de manera regular para que nuestro organismo funcione a las mil maravillas y estemos bien hidratados, una máxima con la que debemos ser especialmente cuidadosos en los meses más calurosos porque perdemos más fluidos debido a la habitual sudoración. Los expertos recomiendan ingerir dos litros de agua al día, aunque organismos como la Asociación Británica de Dietética elevan esa cantidad hasta los dos litros y medio. Sin embargo, esa cuantía debería modificarse en función de nuestra actividad física, la temperatura del ambiente, el grado de humedad exterior y la dieta habitual.
Intoxicación por agua
Una ingesta desmesurada cuando practicamos algún deporte puede desencadenar en una hiperhidratación o intoxicación por agua, un cuadro clínico que se produce cuando existe una exagerada dilución del sodio en sangre (hiponatremia), que deriva en un aumento de la producción de la hormona antidiurética. Este desorden no es muy habitual, hay contados casos estudiados en el mundo, y suelen estar ligados a personas obsesionadas con la pérdida de peso a través de dieta o la práctica desproporcionada de ejercicio. Por cierto, dicen que el icono artístico del siglo XX, Andy Warhol, falleció por esta causa tras ser operado de la vesícula.
Agualcohólicos, enganchados al líquido elemento
En los últimos tiempos ha ido en aumento un trastorno psicológico un tanto curioso y poco conocido, que es el deseo impulsivo de beber grandes cantidades de líquidos. Se trata de la potomanía, que, pese a no estar registrada en el listado de los psiquiatras, cuenta cada vez con mayor número de afectados. Son los llamados ‘agualcohólicos’, personas que obsesionadas por mantener un aspecto saludable ( ya sea mejorar la epidermis, perder peso u cuidarse en exceso), son capaces de estar constantemente enganchados al líquido elemento. Esta patología fue estudiada hace unos años por el cirujano vascular británico Mark Whiteley, alertado por el aumento de casos, y por las graves consecuencias cerebrales de esta obsesión.
Consecuencias de la potomanía
Entre las secuelas más evidentes, el médico enumeró primero el insomnio, debido a que en las horas de sueño liberamos la hormona antidiurética (HAD) para ralentizar la función renal y dejar de sentir esa necesidad imperiosa de orinar por la noche. Al tomar más agua antes de la hora del descanso, se puedo anular el efecto hormonal y que tengamos que despertar varias veces en la madrugada, con los efectos directos que eso tendría sobre el sueño. La sudoración extrema es otra de las repercusiones. En las personas que padecen hiperdrosis existe una correlación con el consumo continuo de agua para compensar esa pérdida de agua a través de la sudoración. Por último, el envenenamiento por agua, una consecuencia extrema, pero de la que hay constancia de varios casos, sobre todo de personas que se sometieron a estrictas dietas para perder peso y a las que este consumo excesivo, en algunos casos más de cuatro litros de agua en un espacio de tiempo muy corto, provoca un desequilibrio en las sales del cuerpo por la incapacidad de los riñones de poder eliminar tal exceso de líquido en sangre.