Cada vez son más los estudiantes que fijan su futuro laboral en el mundo de la meteorología, pero, a falta de una carrera específica, muchos desconocen qué deben cursar en el bachillerato y en la universidad para alcanzar su objetivo. Pese a que los más conocidos son los presentadores del Tiempo (no siempre son meteorólogos), esta profesión cuenta con distintas salidas profesionales, ya que cada vez son más las empresas que solicitan estos especialistas en sus equipos de trabajo. Además, es una de las ocupaciones con mayor proyección laboral.
El meteorólogo es el profesional que estudia el estado del tiempo, el medio atmosférico y los fenómenos que se desarrollan en él. Por ese motivo, debe ser una persona con titulación universitaria y una alta especialización, con grandes conocimientos en las leyes que rigen el medio atmosférico, capaz de comprender y predecir el comportamiento del tiempo y del clima.
Pese a que los más reconocibles son los presentadores del Tiempo –muchos de ellos no tienen por qué ser especialistas en la materia porque su labor se centra en comunicar a la audiencia el parte meteorológico–, existen muchas especialidades dentro de esta actividad como los meteorólogos climáticos, atmosféricos, operacionales, investigadores, otros dedicados al mundo de la aeronáutica, marítima o agrícola, sinápticos y docentes.
La demanda de profesionales cualificados en Meteorología y Geofísica abarca distintas vertientes tanto del sector público en institutos estatales y regionales, universidades y centros de investigación como en el privado, tanto en empresas de energías renovables, exploración geofísica, asesoría de riesgos naturales, consultorías de medioambiente…
Debido a esa enorme especialización es importante que los jóvenes hagan un grado de física y a partir de ahí, realicen el máster. En el que se imparte en Complutense, hay licenciados y graduados en Física, Matemáticas, Aeronáutica o titulados en Ingenierías, así como graduados en Ciencias Ambientales o del Mar, aunque en estos dos casos las comisiones coordinadoras tienen muy en cuenta que la base físico matemática sea suficiente para poder afrontar los objetivos y competencias que exigen esta titulación.
En España, en estos momentos, aquellos que cumplan estos requisitos pueden optar al Máster Universitario en Meteorología y Geofísica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), de la Universidad de Granada y el de la Universidad e Barcelona. Formación que cumplen todas ellas con las directrices marcadas por la Organización Meteorológica Mundial.
“El máster que se imparte en Madrid es bastante dinámico y ha ido cambiando a lo largo de los años. Antes, cuando hablábamos de meteorología, nos referíamos a escalas temporales cortas y el clima era una pequeña parte en el estudio de la materia. Pero ahora mismo esta ciencia ha avanzado mucho y se ha ampliado también a la gran escala climática, incluso proyecciones. Por eso, en esta titulación estamos tratando de cubrir las dos ramas, la meteorológica y la climática”, señala María Belén Rodríguez-Fonseca, coordinadora del máster de la UCM.
Por ese motivo, su plan de estudios incluye asignaturas que abarcan los pilares básicos de la meteorología (meteorología física, física del clima y la dinámica) y dos módulos: por una parte, el clima (con circulación del océano y la atmósfera y variabilidad y cambio climático) y, por otra, meteorología aplicada (análisis de datos en meteorología, meteorología de la capa límite, modelización y predicción).
Además de cursar las materias, los estudiantes cuentan con prácticas en todas las entidades con convenio de colaboración activo. "Tenemos más de 16 empresas en la cartera, que van desde el Barcelona Supercomputing Center a Aemet, pasando por Ciemat, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), el CSIC, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Instituto Español de Oceanografía, RTVE, Iberdrola, Repsol, la Fundación Investigación del Clima, InterMET…", indica la profesora en Oceanigrafía Física. Asimismo, los alumnos aprenden competencias en otros ámbitos como el Big Data, ya que en meteorología se trabaja con grandes bases de datos.
La coordinadora considera que en el futuro serán cada vez más las organizaciones y compañías que solicitarán especialistas en esta materia. "Ahora mismo están muy en auge los servicios climáticos porque esa información va más allá de lo que es una predicción. Por ejemplo, los ingenieros agrónomos necesitan una información muy específica para conocer bien la época de siembras, sobre todo en un momento en el que las estaciones son muy cambiantes. O en salud pública, donde muchas enfermedades dependen del tiempo y para cuyo estudio es necesario del cruce con datos médicos", puntualiza Rodríguez-Fonseca, que subraya el hecho patente del interés que suscita en la actualidad esta especialidad.