Llegan las borrascas comenieves: ¿cómo afectará a la Península?
Las borrascas comenieves traerán un cambio notable en las temperaturas y la aparición de centros de bajas presiones
Se prevé que la borrasca Hipólito se debilite antes de entrar a la Península
Más de 500 kilómetros de nieve en 26 estaciones de esquí españolas este fin de semana
Las borrascas comenieves llegan a la Península. Se trata de una masa de aire más cálido y húmedo que irá entrando a partir del sábado por el suroeste, se asentará el domingo y provocará la llegada de la borrasca Hipólito, que azotará a Canarias y a la Península este fin de semana. Víctor González, experto de Meteored, adelanta que “está previsto que pronto el chorro polar descienda al oeste de Europa interaccionando con el subtropical. Esto dará lugar a un cambio notable de temperaturas y a la aparición de centros de bajas presiones. Esas borrascas todo apunta a que discurrirán sobre la Península de suroeste a noreste".
Se espera que la borrasca Hipólito se debilite antes de llegar a la Península. Aún así, se prevé la formación de una segunda borrasca que sí llegará a partir del martes y que dejará condiciones adversas en gran parte de España. No se descarta que, para finales de la próxima semana, afecte una tercera depresión o frente atlántico.
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¿Puede haber inundaciones por el deshielo?
Samuel Biener, experto de Meteored, considera que habrá que vigilar las consecuencias del deshielo. Los ríos que nacen en las principales cordilleras de nuestro país pueden sufrir crecidas importantes a causa de la nieve que se vaya fundiendo y a la propia lluvia. Y es que las precipitaciones y el viento asociado a estas borrascas son suficientes para deshacerla y barrerla.
Este lunes se espera un ambiente más templado con un aumento progresivo de la nubosidad y la velocidad del viento. Entre el martes y el miércoles las lluvias se irán intensificando y podrán llegar a ser fuertes y persistentes en las zonas montañosas. Durante la próxima semana, es probable que se produzcan fuertes deshielos. La cota de nieve ascenderá por encima de los 2.000 o incluso 3.0000 metros y esto, junto con el viento y las fuertes precipitaciones podrá provocar la subida de los caudales de los ríos.