El final de mayo está siendo mucho más lluvioso de lo que se esperaba. Las lluvias torrenciales en el sudeste peninsular de este martes han hecho que se hayan acumulado más de 100 litros por metro cuadrado a la hora en algunas zonas e, incluso, en algunos puntos todavía más. En las últimas horas en Onteniente (Valencia) se han recogido 130 litros; en Cabo de Palos (Cartagena), 113, y en Albox (Almería), 108. Solo en la ciudad de Cartagena (Murcia) se han llegado a acumular 61 litros por metro cuadrado, mientras que en el aeropuerto de Almería se han recogido 52,6 litros, el récord para el mes de mayo desde 1973, año en el que comenzó los registros, según la Agencia Española de Meteorología (AEMET). “Son precipitaciones muy abundantes, que superan con creces el valor normal del mes de mayo completo”, señala el portavoz de la AEMET, Rubén del Campo.
También ha llovido en buena parte de la mitad oriental de la Península como Cataluña, Aragón, Navarra, La Rioja, este de Castilla y León y de Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid y Baleares. Para el viernes se espera que caiga más agua en la cara sur del Sistema Central, con acumulados en la mediana cercanos a los 40 litros en gran parte del territorio madrileño. Mientras, para el fin de semana, podría hacerlo en amplias zonas de la Península.
Todo apunta a que en las próximas dos o tres semanas las precipitaciones estén por encima de la media en buena parte de la Península. Ante esta situación, la pregunta es inevitable: ¿podrían las lluvias de aquí a mediados de junio paliar la sequía que atraviesa España?
“Pese a que ha llovido estos días en algunas zonas de forma bastante copiosa, ahora mismo la situación de los embalses está por debajo del año pasado y de la media de los últimos 10 años”, explica Mar Gómez, doctora en Ciencias Físicas y responsable de meteorología de El tiempo.es. “Necesitaríamos que las lluvias que se están produciendo ahora se mantuvieran durante meses y que tuvieran una distribución general por toda España y, sobre todo, que se alejaran de la torrencialidad. No tiene sentido a la hora de gestionar los recursos hídricos o llenar nuestros embalses que la lluvia descargue de forma muy rápida y en grandes cantidades en algunas zonas, pero que, en otras, donde se tiene que recolectar el agua, no se pueda recoger porque no hay embalses. Es decir, está lloviendo, pero no de la forma correcta, que sería con precipitaciones más uniformes y continuadas en el tiempo”, añade.
Lo cierto es que lluvias registradas en la última semana en la vertiente Mediterránea no han logrado frenar el descenso de la reserva hidráulica. En los últimos siete días se han perdido 307 hectómetros cúbicos, hasta situarse en 26.726 hectómetros cúbicos, lo que reduce el volumen de agua embalsada al 47,7% de su capacidad, según informa el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Se trata de una de las cifras más bajas en esta semana, la número 21 de 2023, desde que hay registros. Habría que remontarse hasta 1995 para encontrar una cifra de agua embalsada menor, cuando estaba al 40,19%. Anteriormente, solo en 1993 y 1992 los embalses estaban más bajos que ahora, cuando se situaban en el 46,19%y en el 45,87% por ciento, respectivamente.
“Aunque con estas precipitaciones se espera que haya una cierta recuperación del suelo, respecto a los embalses, la cosa es un poco distinta. El agua que pueda ir cayendo se va a destinar especialmente al suelo, que está muy seco, y el caudal del río no va a aumentar tanto como en invierno, donde también hay deshielos y hay mucho más aporte de caudal cuando llega una borrasca”, explica Víctor González, meteorólogo de Meteored. “Si las lluvias se prolongan durante junio, podría haber una cierta recuperación, pero no sería suficiente para paliar la sequía en la que estamos ahora inmersos”, añade.
Desde el 1 de marzo hasta el 1 de mayo han caído en España 48 litros por metro cuadrado. De momento, seguimos ante la primavera más seca de la serie histórica, que arrancó en 1961. Y estamos lejos de alcanzar la primavera de 1995, la primera más seca hasta ahora, en la que cayeron 86 litros por metro cuadrado. “No obstante, con las precipitaciones que se esperan de aquí a finales de mes, podríamos superar en precipitaciones a aquella primavera de 1995 y que la de este año no fuera la primavera más seca”, señala del Campo.
Con todo, lo que es seguro es que, incluyendo estas lluvias, será una “primavera muy seca”, teniendo en cuenta que el promedio normal para esta estación es de 180 litros por metro cuadrado y que, por el momento, han caído solo 48.
“Las lluvias de estos días van a ayudar a frenar el avance de la sequía. En algunas zonas se reducirá el déficit de precipitaciones, especialmente en el sudeste peninsular, y en otras áreas de la vertiente mediterránea, donde la sequía no es de tan larga duración como la que se está viviendo en la vertiente atlántica, por ejemplo, en el Guadalquivir, o en el Guadiana”, señala del Campo.
Para el conjunto de España, en el año hidrológico (que comienza el 1 de octubre y termina el 30 de septiembre) llevamos acumulados hasta el 21 de mayo 360 litros por metro cuadrado, cuando lo normal son 504. “Las lluvias, por lo tanto, están un 28% por debajo de lo normal hasta esta fecha”, reconoce el portavoz de la AEMET. “En un año hidrológico completo normal, caen 640 litros, por lo que, si quisiésemos llegar a esa cifra de aquí al 30 de septiembre, tendrían que caer unos 280 litros por metro cuadrado entre lo que queda de mayo, junio, julio, agosto y septiembre. Y lo normal es que en estos casi cuatro meses y pico caigan alrededor de 135 litros por metro cuadrado. Es decir, tendría que llover más del doble de lo normal para acabar el año hidrológico en valores normales, algo muy poco probable, ya que, hasta la fecha, no ha ocurrido nunca”.