No saque todavía la ropa de verano ni guarde la de invierno de forma definitiva porque este bochorno no ha venido para quedarse. La ola de calor que estamos sufriendo por una masa de aire muy cálido y seco de origen norteafricano y que afecta esta semana a toda España no tiene precedentes. Los termómetros están batiendo récords este mes de abril, con más de 38 grados en algunos puntos. Pero igual que ha venido este intenso calor, más propio de julio que de abril, también se irá, por lo menos durante un tiempo. “Se trata de un episodio pasajero”, admite el portavoz de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) Cayetano Torres.
En los últimos 50 años las temperaturas nunca habían subido más de 38 grados en abril. Esta semana muchos récords se han pulverizado. Algunos de los “más impactantes” registrados el miércoles fueron estos: en Albacete, donde se llegó a los 31,8 grados (la máxima absoluta era 29,4 grados); en Jerez de la Frontera (Cádiz) hubo 36,7 grados de máxima (el récord anterior era de 36,6); en Córdoba aeropuerto, 36,7 grados (34 grados era el récord); en Huelva, con 35,8 grados (el anterior era 33) o en Sevilla aeropuerto, con 36,4 grados (el anterior era 35,4).
El jueves las temperaturas subirán todavía más y el viernes se alcanzará el punto álgido de este episodio de intenso calor, según la Aemet, con hasta 38 grados en Sevilla y 37 en Jaén.
Pero, a partir del sábado, los termómetros descenderán “de manera importante” en toda España debido a una entrada de masa de aire más húmeda y fresca por el oeste.
En Galicia, por ejemplo, se esperan que el mercurio baje hasta 10 grados (este jueves rondaban los 21). La excepción se dará en la costa del Levante y Baleares. Allí las temperaturas todavía continuarán ascendiendo. En el extremo este peninsular y Baleares podría superarse los 32 grados en el valle del Ebro e interior de Mallorca y los 34 grados localmente en zonas de Málaga, Almería, Murcia y Alicante
El domingo, el descenso térmico alcanzará toda la vertiente mediterránea y finalizará este episodio de temperaturas excepcionalmente altas para la época del año.
El calor que venga tras abril será, en cualquier caso, mayor del habitual. Los modelos de predicción climatológicos que maneja la AEMET determinan que en mayo la temperatura media estará dos grados por encima de lo normal en toda la Península, especialmente, en el centro. La única excepción será Baleares.
El verano tampoco se librará del intenso calor. En junio se espera que la temperatura media esté incluso por encima de dos grados más de lo habitual para este mes, incluido Baleares y Canarias. “Las predicciones apuntan a un junio extremadamente caluroso”, señala Torres.
La situación será prácticamente idéntica en julio, con temperaturas muy altas, incluso por encima de dos grados más de la media, en zonas como Castilla y León. En Canarias los termómetros subirán algo menos, en torno a medio grado más.
La tónica será prácticamente igual en agosto. Para ese mes, las predicciones apuntan a un calor “bastante extremo”, según el portavoz de la AEMET, con temperaturas, un grado o incluso dos, más altas de lo normal, principalmente, en la zona central de la Península.
La situación se repetirá en septiembre, mientras que para octubre las predicciones apuntan a que sea un mes bastante cálido, “con lluvias abundantes”, por encima de la media, que podrían “paliar un poco la sequía”, asegura Torres.
España ha pasado en los últimos 50 años de tener 90 días de verano al año a alcanzar los 145, según un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Cataluña, que destaca que las olas de calor diurnas se han multiplicado casi por siete y las nocturnas por 11 en las últimas décadas.
En las principales ciudades de España el incremento medio de las temperaturas ha subido 3,54 °C entre 1971 y 2022, una de las anomalías climáticas más acusadas del mundo.