Poco a poco, Efraín y su vientos ábregos, o vientos llovedores, se van retirando de la península. La borrasca ha dejado copiosas lluvias e incluso provocado inundaciones, pero "probablemente, nos haya salvado también de la primera ola de frío del invierno que sí ha azotado a buena parte de Europa", asegura Francisco Martín, meteorólogo de Meteored.

La borrasca ha obligado a sacar los paraguas y a ponerse a salvo de las fuertes rachas de viento, pero a cambio ha dejado los termómetros muy por encima de la media en la mayor parte del país. De hecho, en varios puntos de la Comunidad Valenciana, Murcia o Baleares se han llegado a vivir noches tropicales en pleno mes de diciembre, con temperaturas mínimas que no han bajado de los 20 grados ni de madrugada.

¿Es esto normal? No. "Realmente son valores altísimos para esta época del año", asegura la meteoróloga jefa del servicio de Mediaset, Rosalía Fernández. Han sido "verdaderas noches tropicales", constata la experta, pero este veranillo de diciembre se va a acabar porque, a partir de este miércoles, el valor de las mínimas va a descender notablemente en toda España, entre 6 y 8 grados.

Un descenso que, tal y como advierte Rosalía Fernández, el jueves afectará también a las temperaturas máximas. Así que en las próximas horas se podrá decir un "hasta luego" a estos valores tan altos, impropios para esta época del año. Aunque lo dicho: será un hasta luego, porque el fin de semana se podría registrar otro repunte térmico, adelanta la meteoróloga. Un nuevo ascenso de las temperaturas provocado por una nueva borrasca procedente del Atlántico que no impactará de lleno en la península, pero que sí hará notar sus vientos del sur- suroeste, coincide Francisco Martín. Por tanto, el fin de semana se espera tiempo estable y nueva subida de temperaturas.

Los expertos consultados por NIUS coinciden en las previsiones y también en el análisis de las noches tropicales vividas en las últimas jornadas. Madrugadas con valores por encima de los 20 grados de temperatura que han sido fruto de la borrasca Efraín y de su aire subtropical cargado de humedad y de temperaturas muy suaves. "Bienvenido Efraín porque nos está librando de una buena", asegura el especialista. Esta borrasca, recalca Francisco Martín, ha impedido que el aire frío invernal procedente de Francia y buena parte de Europa penetre en la península. "Ha servido de muralla, dejando aire cálido y muy húmedo, de ahí estas temperaturas".

Temperaturas que, reconoce también el colaborador de Meteored, no son normales. De hecho, han sido muy raras ya que han estado entre 10 y 15 grados por encima de lo habitual para estas fechas en prácticamente toda España. "A todo el mundo le llama la atención que las noches baleares no bajen de los 20 grados, pero que en Cuenca y Guadalajara superen los 10 o los 15 grados de temperatura mínima, es para mí más llamativo todavía".

Son fenómenos "raros, anómalos", pero no inéditos. Se han producido en otras ocasiones porque "el tiempo es como una tortilla de patata -compara-, si se dan los ingredientes para generar tormentas, hay tormentas independientemente del mes, y si hay ingredientes para que se alcancen temperaturas mínimas tan altas, se alcanzan, es así".

Lo que no se puede decir, aclara Francisco Martín, es que esto sea fruto del cambio climático. Y no es que él sea un negacionista, "ni mucho menos", subraya, pero esto ha ocurrido otras veces cuando se dan las condiciones, "cuando se tienen los ingredientes". Según el experto, no se pueden mezclar las altas temperaturas vividas este verano, con el mes de julio más cálido registrado en España, con estas noches tropicales de diciembre. "Hay que analizar tendencias, no un hecho concreto, y si estas noches tropicales van a más y se repiten a lo largo del tiempo, entonces sí que se podría decir que son efecto del cambio climático, pero por ahora no dejan de ser algo anómalo y puntual".

Es más, el meteorólogo no tiene nada claro que este mes de diciembre siga la tendencia de julio y se convierta en el más cálido desde que hay registros. De lo que sí está seguro es que pasará a la historia como uno de los más húmedos y lluviosos. Tras más de dos años de sequía, si no hubiera venido Efraín con toda su "cohorte de pequeñas borrasquitas, lo hubiéramos pasado mal en los próximos meses", reconoce Francisco Martín.