Con el descenso de las temperaturas propio de estas fechas, uno de los mayores gustos del día es llegar a casa y que esté calentita. Pero no te olvides de abrir un rato las ventanas, de lo contrario el aire estará “cargado” y te acabará pasando factura en forma de catarros y tos. Te damos algunos consejos para ventilar en invierno sin sustos en el recibo de la luz.
Ventilar la casa es algo indispensable en el día, incluso en invierno. Si no lo hacemos es imposible que el aire se oxigene o que se regule la humedad, además de que el polvo se multiplicará rápidamente, así como los virus y bacterias. Como consecuencia, puede aparecer moho por la humedad, aumenta el riesgo de alergias, gripes y resfriados y el aire estará “cargado”, por lo que acabaremos sintiendo molestias en la nariz y garganta.
Ventila unos 10 minutos al mediodía. Con ese tiempo es suficiente para que se airee la casa, y en las horas centrales del día siempre pegará más el sol que al caer la tarde o a primera hora, por lo que lo inteligente es aprovechar para ventilar entre las 12 y las 15, por ejemplo.
Ventila al mediodía para que no entre tanto fríoGetty Images
Cierra las puertas de las habitaciones para que no se pierda el calor. Una vez hayas ventilado no querrás que se creen corrientes en casa puesto que contribuirán a reducir la temperatura.
Usa purificadores y humidificadores para mantener una calidad del aire en el interior de tu casa lo más favorable posible.
Evita contaminar el interior con acciones como fumar, cocinar emitiendo mucho humo, o con un uso excesivo de ambientadores, por ejemplo. De esta manera no necesitarás ventilar tanto.
Evita la humedad. Una cosa que suele hacer que nuestra casa se sienta muy húmeda es tender la ropa dentro, por lo que, siempre que puedas, es mejor hacerlo afuera.