Tras este tobogán térmico que vive España, se aproxima un fin de semana con cielos poco nubosos, aunque el domingo llegará un nuevo frente que dejará lluvias en Galicia. "En general, brillará el sol en todo el territorio, pero no se descartan nieblas en el interior, sobre todo en la meseta norte donde el ambiente será frío durante toda la jornada", aseguran desde la Agencia Estatal de Meteorología, (Aemet).

Algunos expertos auguran que el frío ha llegado y se prevé un Puente de la Inmaculada con temperaturas bajo cero en el oeste de Europa y mucha lluvia en España. Las webs meteorológicas indican que las previsiones parecen apuntar a la “formación de un bloqueo en latitudes altas, centrado entre Escandinavia y Rusia que podría favorecer un pasillo por el cual el aire frío continental invadiese Europa, llegando incluso a afectar a España”. 

Esta imagen corresponde al próximo 8 de diciembre, segundo festivo del puente. Pero, Rosalía Fernández, meteoróloga de Mediaset, asegura que "todavía es demasiado pronto y hay mucha incertidumbre". Fernández explica qué es un vórtice polar de estas características. "Aquí se habla del vórtice polar estratosférico. Es una latitud demasiado alta como para dar una previsión acertada. A diario, los meteorólogos para dar las previsiones hablan de la troposfera, pero es cierto, que lo que ocurre en las capas más altas nos hacen estar prevenidos", explica.

Lo confirma también, Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, que asegura que un vórtice polar estratosférico es un cinturón de vientos que circunda el polo a gran velocidad en la estratosfera. A veces, en las capas bajas se puede producir un calentamiento súbito que rompa ese vórtice polar. "Esto tiene consecuencias inmediatas, como una ola de frío y, a largo plazo, que podrían dejar lluvias intensas en el sur de Europa en general. Algo que ayudaría a romper con la sequía que arrastramos", comenta del Campo.

Algunos meteorólogos ya lo han bautizado como la 'Bestia del Este'. Pero qué es exactamente. Pues bien, en los próximos días podrá formarse un potente anticiclón sobre Rusia que favorecerá la estabilidad en dicha zona. Esto, unido a una cobertura de nieve en el suelo que actualmente es superior a la normal para las fechas provocará que el aire se enfríe aún más en las capas bajas de la atmósfera.

Los modelos indican que este anticiclón podría expandirse hacia Escandinavia y, por su disposición, podría desplazar la gélida masa siberiana hacia el continente europeo. De ser así, a principios de diciembre podríamos estar ante la primera entrada fría del nordeste del año, y además podría ser intensa.

Curiosamente, la configuración atmosférica recuerda a la acontecida en el invierno de 1984-1985, que fue testigo de uno de los eneros más fríos que se recuerdan en Europa.

Según Fernandez, esa estructura tiene una dislocación distinta a la masa de aire frío y, aunque no se puede decir que va a hacer más frío, sí, que hay más posibilidades de que haga más frío en el oeste de Europa y puede haber más lluvia en nuestro país.

Desde la Aemet aseveran que, según la configuración que esta tomando la troposfera "no es descartable que haya una ruptura del vórtice polar. En caso de que ocurra, habrá que ver cómo y qué zonas afectaría", cuenta Del Campo que ve la previsión demasiado lejana.

"Para el puente, es muy pronto, faltan 15 días todavía". Con la previsión que se maneja en estos momentos se puede hablar de que la semana que viene, del 28 de noviembre al 4 de diciembre, va a ser más cálida de lo habitual. En cuanto a la semana del Puente de la Inmaculada, no hay una señal clara, pero puede ser un poco más fría de lo normal en algunas zonas de la mitad norte peninsular", concluyen desde la Aemet.

En los próximos días podrá formarse un potente anticiclón sobre Rusia que favorecerá la estabilidad en dicha zona. Esto, unido a una cobertura de nieve en el suelo que actualmente es superior a la normal para las fechas provocará que el aire se enfríe aún más en las capas bajas de la atmósfera.

Los modelos indican que este anticiclón podría expandirse hacia Escandinavia y, por su disposición, podría desplazar la gélida masa siberiana hacia el continente europeo. De ser así, a principios de diciembre podríamos estar ante la primera entrada fría del nordeste del año, y además podría ser intensa.

Curiosamente, la configuración atmosférica recuerda a la acontecida en el invierno de 1984-1985, que fue testigo de uno de los eneros más fríos que se recuerdan en Europa.