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"Lo que estamos viviendo no es normal", asegura Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. "Prácticamente todos los días del verano han tenido temperaturas inusualmente altas. Ahora sí, podemos decir con mucha probabilidad que estamos inmersos en plena tercera ola de calor del verano y aunque bajen algo las temperaturas, a mitad de la semana que viene, volverán a subir por encima de lo normal", explica Del Campo
Y lo peor es que este calor intenso y sofocante se extienden por prácticamente todo el hemisferio norte. Desde España hasta Japón pasando por Londres, Estados Unidos y China. Y no ha sido la última semana estos episodios de calor llevan desde mayo en muchos lugares del planeta. Por ejemplo, en junio, Tokio pasó nueve días consecutivos por encima de los 35 ºC, su ola de calor más severa desde que comenzaron los recuentos oficiales en la década de 1870. A mediados de julio, el Reino Unido batió récords cuando las temperaturas superaron los 40 ºC por primera vez desde que comenzaron las mediciones. Mientras tanto, los incendios forestales alimentados por el calor devastaron partes de Francia, España, Grecia y Alemania. Y China ha soportado tres olas de calor batiendo récords de temperatura en todo el país. EE.UU también ha experimentado temperaturas excepcionalmente altas en lo que va del verano, particularmente en el suroeste.
Los expertos del clima ya venían advirtiendo de que las olas de calor iban a ser cada vez más frecuentes y con temperaturas más altas a medida que el mundo se calentara. Pero este año parece dejar claro que lo que se veía como el futuro es cada vez más el presente. "Estas no son solo olas de calor cada vez más intensas, son olas de calor que rompen récords y han desafiado las expectativas derivadas de los modelos climáticos", explican los expertos.
Del Campo apunta que en los próximos 10 días se esperan olas de calor repartidas por todo el mundo. Desde en EE.UU., Canadá, China, Tíbet, Oriente Medio y en el Ártico, que es la zona que más rápido de calienta. Pero esto está siendo la tónica habitual durante todo el verano. En julio han sido muy destacables las altísimas temperaturas en Europa Occidental. Los famosos 40 grados en Reino Unido han sido muy significativos, no solo porque nunca antes se había llegado a esa temperatura sino también porque se batió el récord en 30 estaciones meteorológicas superando en muchos casos los 2 o 3ºC de la anterior medida. Se estima que cientos de personas han muerto. Tampoco tuvo precedente los 40 grados de Hamburgo en Alemania.
Los científicos habían previsto esto hasta cierto punto. Un estudio de modelos climáticos decía que era posible, pero poco probable, que en el Reino Unido se superaran los 40 º en las próximas décadas. Y ha sido este año en 2022, mucho antes de lo esperado. Los estudios sobre esta ola de calor aseguran que sin el cambio climático y el calentamiento global esto no hubiera ocurrido. "Y claro, es posible que se repita más pronto que tarde debido al cambio climático que ya está aquí", dice el portavoz de la Aemet.
El hecho de que las temperaturas estén superando el umbral mucho más rápido de lo esperado podría deberse a la realidad de que los modelos climáticos no capturan todo lo que influye en las olas de calor y, por lo tanto, no proyectan los extremos de calor futuros con total precisión. Los expertos aseguran que estas temperaturas son cada vez más frecuentes y más largas en el tiempo y probablemente van a continuar en las próximas décadas incluso se van a intensificar, sobre todo en las latitudes altas del hemisferio norte que son las que más rápido se están calentando. "¿Por qué? Por dos motivos fundamentales, porque es una parte del planeta con grandes extensiones de tierra emergida, que se calienta más rápido que el mar; y por el deshielo del Ártico, que impide que se refleje radiación al espacio exterior y además hace que el océano se caliente, lo que permite el transporte de calor a esas zonas", explica Del Campo.
Más de una ola de calor que ocurre al mismo tiempo a menudo tiene peores impactos sociales que un solo evento", apunta otro estudio de la Universidad de Washington. Si determinadas regiones dependen unas de otras, por ejemplo, para la agricultura o el comercio, y ambas están sufriendo tensiones al mismo tiempo, es posible que no puedan responder a ambos eventos.
Tremenda fue también la ola de calor que llegó a principio de año entre marzo y mayo a algunos lugares, como India y Pakistán, que experimentaron temperaturas abrasadoras. Algunas partes de la India superaron los 44 ºC a finales de marzo, mucho antes de la parte más calurosa habitual del año. Al menos 90 personas murieron y hubo muchos problemas en los cultivos. Del Campo indica que fue un episodio parecido al que está viviendo España ahora donde destaca la persistencia del calor durante varios meses, en nuestro país comenzó el calor intenso en mayo y ya no ha parado, aunque en la India destaca el carácter temprano de esta ola de calor.
Otra vez el cambio climático hizo que la ola de calor de Pakistán y la India fuera 30 veces más probable, según el grupo World Weather Attribution. Así la posibilidad de tener olas de calor simultaneas, relacionadas con los patrones atmosféricos, aumenta a medida que el clima se calienta. Según el Portavoz de la Aemet, hay estudios que señalan que el cambio climático, además del calentamiento de la atmósfera, se puede estar traduciendo también en una modificación de los patrones de circulación atmosférica, que harían mas persistentes los episodios de calor.
Inmersos en la tercera ola de calor del verano, que situaba entre los pasados días "30 o 31 de julio" hasta "el próximo 5 o 6 de agosto", período en el que se habrían superado "los estrictos umbrales de intensidad, de extensión y duración" para catalogar así este episodio de fuerte calor. El calor intenso y sofocante, persistirá de día y de noche en la mayor parte de España al menos hasta el próximo miércoles, con valores entre 3° y 10° por encima de lo normal para estas alturas de verano en general y entre 5° y 10° en el norte.
Y vamos a tener este calor intenso hasta medidos de agosto, avanza Del Campo. "De cara a la segunda mitad de la próxima semana, es probable que se vuelva a producir un ascenso térmico y que las “temperaturas inusualmente altas para la época” se prolonguen “al menos hasta mediados de agosto” en la mayor parte del país.
Con mucha probabilidad este lunes se podrá determinar que julio ha sido uno de los más cálidos en 60 años, y agosto puede ir por el mismo camino. Y es un año de récords. Madrid ha acumulado 31 días con temperaturas más altas en lo que va de verano, en 2015 fueron 26 días y se contabilizaba todo agosto. Además, ha acumulado ya ocho noches tórridas este verano, muchas más que cualquier otro verano anterior, pues hasta ahora el récord lo tenían, en un triple empate, 1995, 2012, y 2017, con tres noches tórridas en cada uno de esos tres veranos”, subraya Del Campo. La capital lleva 27 noches consecutivas por encima de 20°.
Habrá temperaturas altas hasta el miércoles, el jueves habrá un pequeño respiro para poder coger fuerzas y aguantar el fin de semana que llega otra vez con calor intenso y sofocante, ya veremos si no es la cuarta ola de calor de 2022. .
Según la Aemet, se rebasarán los 35 o 36 grados de máxima en la Meseta norte, zona centro, mitad sur, interior de las comunidades mediterráneas y Baleares. Esos días se llegará o superarán los 38 o 40 grados en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir, y en la costa mediterránea Barcelona, Valencia o Alicante rondarán los 33 o 35 grados en las horas centrales del día, mientras de noche no bajarán de los 20, al igual que en el nordeste y Baleares, zonas del centro y del sur.
Los cielos estarán en general poco nubosos o despejados, salvo en el Cantábrico, donde hoy y mañana podría llover débilmente, mientras continuarán las tormentas vespertinas en la mitad norte peninsular, que podrán ser fuertes y acompañadas viento fuerte y granizo.
En algunos lugares es posible que se desarrollen tormentas secas -fenómenos tormentosos acompañados de muy escasa o nula precipitación con fuerte aparato eléctrico y en ocasiones, fuertes rachas de viento- que constituyen "una fuente natural de incendios forestales" según la Aemet.