Ideas, conceptos, reflexiones que alguno necesita un libro para explicar, otro una conferencia y muchos más docenas de horas de conversación, Sergio Duce es capaz de resumirlas con papel y lápiz en un ‘sencillo’ dibujo y dos mundos, el real y el de las sombras.
Sergio, ingeniero de formación, maestro de profesión y dibujante de vocación, es el artista que hay detrás del popular @yo_runner que triunfa en las redes sociales haciendo pensar a sus miles de seguidores sobre situaciones complejas a través de sus viñetas. Su arte, lejos de ser meramente decorativo, es un vehículo para transmitir mensajes que resuenan en un público diverso en busca de reflexiones que conecten con su experiencia de vida.
Hasta ahí llegó casi por casualidad, pero se ha instalado para quedarse. Todo surgió por una mezcla de admiración hacia ‘72 kilos’, otro dibujante que apasiona a Duce, y una bravuconada con los amigos. El clásico ‘no hay…’ terminó convirtiéndose en un grupo de colegas preparando un Ironman (sin tener siquiera bicicletas) y una idea rondando la cabeza de Sergio. “Con dos amigos, en plan de broma, decidimos apuntarnos a un Ironman sin haber entrenado. Fue pura inconsciencia y no se lo recomendaría a nadie, pero a mí me sirvió para escribir un libro contándolo -‘Yo, runner’, que ahora da nombre a su perfil en redes- a través de mis dibujos, inspirándome en el de Juanjo Sáez, ‘El arte: conversaciones con mi madre’”.
Después de aquella doble aventura tanto deportiva como literaria, a Sergio le comenzó a rondar la cabeza la idea de encontrar otro escaparate para transmitir sus ideas, cada vez más enfocadas hacia el mundo de la educación y menos centradas en el deporte. Y encontró el inagotable espacio de Instagram, donde disfruta publicando sus viñetas y generando debates no siempre buscados.
Sin duda, el elemento más particular de las viñetas de Sergio Duce son las sombras con las que envíasu mensaje. Estas no son simples acompañantes de los personajes, sino que representan una segunda realidad, una mirada a lo que ocurre en la imaginación o en el subconsciente. "La idea de las sombras no es original mía", reconoce Sergio.
Ni falta que hace que sea suya, ya que lo importante es lo que logra transmitir a través de esta técnica. En sus viñetas, las sombras cobran vida propia. Por ejemplo, en una de sus obras más virales, un chico ve la televisión mientras otro lee un libro. Sus sombras, sin embargo, muestran mundos completamente diferentes: el primero proyecta únicamente la sombra rectangular de la tele, mientras que el segundo se sumerge en un universo de imaginación, con castillos, dinosaurios y naves espaciales.
Esta viñeta, que superó de largo el millón de ‘me gusta’ y le sirvió para recibir mensajes de reconocimiento de los más diversos protagonistas, es un ejemplo perfecto de cómo Sergio utiliza elementos simples para transmitir mensajes profundos.
Pero no el único. Pupitres proyectando celdas, camas que son casas, móviles que se convierten en bastones, padres que pasan a ser abuelos, niños que desaparecen o padres que se transforman en abuelos...
Las sombras, así pues, le permiten explorar temas como la infancia y la educación, ámbitos que conoce bien gracias a su trabajo como profesor. Porque Sergio Duce, escrito está, no solo es un artista, sino también un educador. No en vano, incluso fue galardonado hace ya más de una década con el Premio de Educación Innovativa por un proyecto en el que convirtió en un museo el instituto de Fraga en el que trabajaba.
Las aulas le sirven como fuente de inspiración: “Al principio, las viñetas eran más simples, pero con el tiempo fui mejorando y también virando hacia la educación porque muchas de las ideas que me surgen vienen de mi trabajo con los niños y de mi entorno”, explica.
Pero, ¿por qué sombras? “Hubo una época en la que todas las ideas que me venían eran con sombras y las fui poniendo en marcha. Jugar con ellas tiene mucho potencial porque permite mostrar una segunda realidad, lo que está pasando por la imaginación de las personas o lo que puede llegar a pasar en un futuro”, comenta Sergio.
Muchas de sus obras, más allá de las sombras, están aderezadas con un toque de humor que las convierte en especiales. Algunas veces buscado, otras no tanto: “El humor no siempre es intencional. A veces, intento transmitir un mensaje serio, pero sale con un toque de humor. Por ejemplo, la viñeta de la madre con la teta es graciosa, pero también es real”.
Con humor o sin él, Sergio siempre hace pensar al que contempla sus obras y no siempre coinciden los puntos de vista. “Tengo cierta habilidad para resumir ideas complejas en dibujos sencillos, pero a veces el mensaje se malinterpreta, pero no es algo que me disguste. El arte es interpretación”, asegura.
Cuando siempre encuentra polémica es cuando se anima con la actualidad política. “Las que tocan temas de política o feminismo suelen generar debates muy intensos. A veces, el debate no enriquece, sino que se desvía de lo que yo quería transmitir. Por ejemplo, tengo una viñeta de un señor que lleva un perro, y en la sombra se ve un niño. Para mí era una crítica a la humanización excesiva de los animales, pero a los amantes de los perros les encantó”, rememora.
Sea como fuere, en un mundo donde la información fluye a velocidades vertiginosas y las redes sociales están saturadas de contenido muchas veces poco recomendable e incluso censurable, encontrar una voz que destaque por su claridad y profundidad es un verdadero regalo.
Las viñetas de Sergio Duce son mucho más que dibujos simples. Son ventanas a otras realidades, reflexiones sobre la educación, la crianza y los desafíos de la modernidad. A través de trazos sencillos y sombras elocuentes, Sergio logra resumir ideas complejas y conectarlas con las experiencias cotidianas de su audiencia.