Guía alimentaria para los comedores escolares

La alimentación infantil es fundamental para el desarrollo físico y cognitivo de los niños. Los comedores escolares tienen un papel esencial en enseñar a los más pequeños buenos hábitos alimenticios desde temprana edad. Hoy en día, la obesidad infantil y los problemas de salud relacionados con una mala alimentación son cada vez más usuales, por lo que, los comedores escolares han de contar con una guía alimentaria para poder ofrecer una dieta equilibrada y saludable.

Los niños y adolescentes necesitan tener una dieta equilibrada que incluya todos los nutrientes necesarios para su desarrollo físico, intelectual y emocional. Según estudios recientes, una dieta adecuada ha de incluir frutas, verduras, proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables, ya que esta combinación favorece la concentración y el rendimiento académico. También, ayuda a prevenir problemas como el sobrepeso, obesidad o diabetes.

Teniendo en cuenta que muchos niños comen diariamente en el comedor de su colegio, estos espacios se convierten en lugares donde los estudiantes pueden aprender sobre la importancia de la alimentación equilibrada.

Objetivos de la guía alimentaria para comedores escolares

La guía alimentaria para comedores escolares tiene varios objetivos clave que ha de cumplir:

Lo primero es asegurar una dieta equilibrada que pueda satisfacer las necesidades nutricionales de los estudiantes, y por tanto, prevenir problemas de salud como pueden ser el sobrepeso infantil. Otro objetivo a tener en cuenta es fomentar los buenos hábitos alimenticios desde la infancia, así se consigue una mayor adherencia y hay más posibilidades de que dichos hábitos se mantengan en la vida adulta.

También hay que tener en cuenta que hay que respetar las particularidades culturales y personales de los niños, adaptando los menús en función de sus necesidades especiales o restricciones dietéticas.

¿Cómo se tiene que componer una dieta equilibrada para niños?

Para asegurar una alimentación correcta a los niños, la guía alimentaria establece que los menús deben incluir todos los grupos alimenticios en las proporciones adecuadas:

  • Carbohidratos complejos: Estos deben ser la principal fuente de energía, se encuentran en alimentos como el arroz, la pasta o el pan. Lo más aconsejable es que los menús incluyan estos carbohidratos de alta calidad y preferiblemente integrales.
  • Proteínas: Las proteínas son esenciales para el crecimiento y la reparación de tejidos. Al encontrarlas tanto animales como vegetales, se recomienda alternarlas. Un ejemplo de proteínas animales serían: pollo, pescado o huevos. Y en cuanto a las proteínas vegetales, las legumbres.
  • Frutas y verduras: Lo que se recomienda son 5 piezas de fruta y verdura al día, estas aportan vitaminas, minerales y fibra.
  • Lácteos: Estos son esenciales para la salud ósea, aportan calcio y vitamina D. Lo que se suele recomendar es incluir opciones como leche, yogur o queso en los menús infantiles.
  • Grasas saludables: Aunque haya un prejuicio respecto a este grupo, las grasas son muy necesarias, pero es importante escoger las que provienen de fuentes saludables como el aceite de oliva, frutos secos o pescado azul.

En cuanto a la estructura ideal de un menú saludable, éste podría ser:

  • Primer plato: una opción es la compuesta por verduras y hortalizas, y otra sería con patatas, pasta, arroz, legumbres o maíz, entre otras.
  • Segundo plato: siempre será carne, pescado o huevos.
  • Guarnición del segundo plato: estará compuesta por lo mismo que el primer plato pero variando, si el primer plato estaba compuesto de verduras, esta guarnición será patatas o pasta, por ejemplo.
  • Postre: una pieza de fruta acompañada de un lácteo. Los zumos o fruta en almíbar no deben sustituir a las frutas enteras.

Para la elaboración de estos menús se deberá usar preferentemente aceites vegetales monoinsaturados o poliinsaturados, como puedes ser aceite de oliva o de girasol. También hay que controlar la cantidad de sal, no dejando a los pequeños que condimenten sus comidas para evitar un exceso. Al igual que, la técnica de cocción y preparación de los alimentos es importante, evitando frituras y optando por métodos más saludables como cocinar al vapor, plancha o al horno.

Hay que tener en cuenta que, los menús se tienen que diseñar teniendo en cuenta que van dirigidos a niños, con sus gustos y preferencias alimentarias generales para que sean aceptados. Otra cosa que hay que tener muy en cuenta son el tamaño de las raciones y los ingredientes dentro del plato para que se pueda consumir en su totalidad el menú propuesto.

Para poder garantizar que los menús escolares cumplen con todos los requisitos nutricionales y, también, de seguridad, es muy importante realizar una evaluación continua manteniendo un registro de los menús y realizando los ajustes necesarios en función de las necesidades del alumnado.

Necesidades especiales de los niños

Es cierto que cada vez es más común que los estudiantes tengan alguna necesidad dietética especial, ya sea por alergias o intolerancia. Por otro lado, también hay que tener en cuenta las preferencias culturales o religiosas.

En estos casos, el menú se ha de adaptar a sus necesidades como puede ser comer sin gluten, sin lactosa o sin algún tipo de carne. Por lo que los responsables de los comedores escolares tienen que estar informados sobre estas necesidades para poder ofrecerles menús seguros, sobre todo, en caso de alergias o intolerancias.

Colaboración entre comedor escolar y padres

Para habituar a los más pequeños a tener una alimentación saludable, los padres tienen que colaborar en casa y complementar lo que han comido en el comedor. Por lo que se sugiere que los progenitores tengan el menú escolar para, en función de ello, coordinar las comidas en casa para que los niños tengan una dieta equilibrada.

La parte más elemental es la que se hace en casa, ya que es muy importante que los buenos hábitos adquiridos en el colegio se puedan mantener en el hogar y que puedan continuar en el tiempo.