Primero fueron las series de ficción policiacas las que influyeron en la decisión de muchos para estudiar Criminología. "Fue estrenarse CSI en España en el año 2000 y pasamos de un par de solicitudes de información a la semana a más de 400, y eso que en aquel momento ni siquiera era una titulación oficial", cuenta a NIUS Abel González. Hoy, vicedecano del Colegio Profesional de la Criminología de la Comunidad de Madrid, entonces, un joven a punto de titularse al que se le ocurrió crear una de las primeras asociaciones y páginas web para informar de esta profesión.
En cuanto se creó la licenciatura, en 2003, y después el grado, el máster y el programa de doctorado, en 2008, se desató la locura por estudiar esta carrera. No hay curso en el que no aumente el número de alumnos que estudian Criminología, sobre todo en los últimos tiempos en los que el género true crime (basado en crímenes reales) vive un boom en las plataformas de streaming, con documentales y entregas de enorme impacto, como la polémica Dhamer o la oscura Mindhunters. "A la gente le interesa conocer el mal humano", apunta el experto.
Y este interés se refleja en las notas de corte. En 2022, en la Universidad Complutense de Madrid se pidió un 11,9 sobre 14, y cifras parecidas en el resto de ciudades donde se ofrece esta titulación, que está altamente feminizada. 12.800 mujeres frente a 8.400 hombres.
En los últimos siete años se ha duplicado el número de estudiantes matriculados en esta carrera. Se ha pasado de los 10.100 de 2015 a los 21.100 de este curso que acaba de finalizar. "Aparte de la influencia de las series, hay más razones que explican este crecimiento, una de ellas es que ahora hay muchas más titulaciones que hace siete años. Actualmente Criminología se imparte en 38 universidades (21 públicas y 17 privadas), aclara González. "Y a esto hay que sumar un grado de Criminalística que se da en la Universidad de Alcalá de Henares y otros seis grados de Seguridad impartidos en diferentes centros en los que el 80% de su contenido es criminología. Es decir, que podemos estar hablando de contenido criminológico en 45 titulaciones en España, lo cual es una barbaridad", reconoce.
En muchas ocasiones Criminología se compagina dentro de un doble grado junto a las carreras de Derecho, Psicología, Trabajo Social y Políticas Públicas de Prevención o Ingeniería Informática. "Hay que diferenciar Criminología de Criminalística", espeta el especialista. "Muchos estudiantes optan por estudiar Criminología inicialmente porque fantasean con analizar las escenas del crimen, pero confunden una ciencia y otra. Es la Criminalística la que estudia qué ha pasado en la escena del crimen y trata de analizar y aportar las pruebas para dar con el culpable. La Criminología estudia todo el fenómeno criminal, la víctima, los autores, analiza las diferentes tipologías delictivas que se pueden dar, pero desde el punto de vista de la prevención del delito, de su reinserción, mediante la elaboración y evaluación de programas", destaca.
2.500 nuevos titulados salen al mercado cada curso, por lo que es complicado lograr una empleabilidad total. De hecho, sólo el 19,9% de los graduados en Criminología están actualmente trabajando de ello y el 33,9% lo están en puestos relacionado con la profesión, según el Estudio de Salidas Profesionales 2023, publicado por el propio Colegio Profesional de la Criminología de Madrid (CPCM). Este sondeo revela también que el 27,2% ha trabajado como criminólogo alguna vez y el 45,3% en algo vinculado a ello.
"Hay titulares que han deducido de nuestro estudio que solo hay trabajo para la mitad de los graduados, pero no tiene una lectura tan sencilla. Hay que profundizar más", asegura González, "para empezar, la mitad de los matriculados cada año lo son en universidades a distancia, ¿por qué? porque gran parte de ellos ya son profesionales. Muchos son por ejemplo policías o guardia civiles que deciden estudiar esta carrera para promocionar en sus puestos. Por lo tanto dentro del 50% de los supuestos desempleados hay que incluir a muchos de estos profesionales que no buscan trabajo porque ya lo tienen", aclara.
"En nuestra investigación al final hemos cifrado que cerca del 80% está insertado profesionalmente o lo ha estado en algún momento con esta carrera", defiende. "La Fundación BBV ha sacado también otro informe sobre inserción laboral en la misma línea, que le otorga a la criminología una empleabilidad del 89%", defiende.
"Y eso que todavía no hemos explotado en el ámbito público donde se nos cierran muchas puertas", apostilla. "Nuestra profesión aún no está regulada, y en eso estamos ahora empeñados los colegios profesionales, en conseguirlo, porque si se crea la figura profesional, será más fácil su inclusión en las administraciones públicas y que podamos optar a un empleo público dentro de instituciones penitenciarias, en juzgados, oficinas de atención a víctimas de violencia de género, en centros de menores, en el Instituto de Medicina Legal..."
Reconoce, sin embargo el experto que "habría que limitar la oferta universitaria a distancia para mitigar los problemas a la hora de encontrar trabajo. Sería una solución ahora mismo para que el mercado pueda absorber a todos los profesionales que salen cada año. Es una locura que solo en la UNED haya 6.000 personas matriculadas en criminología, habría que reducir los númerus clausus drásticamente, por ejemplo a 1.000".
Pese a que las cifras de empleabilidad no son "todo lo buenas que nos gustaría, sí son mejores de lo que esperábamos", dice el criminólogo. "Es evidente que la inserción laboral va en aumento", destaca. "Además, quienes estudian criminología no se arrepienten". Según el INE en un estudio realizado entre egresados a los cinco años de haberse titulado son los criminólogos, junto a los ingenieros informáticos, los que menos se arrepienten de haber estudiado su carrera. Es un dato muy positivo".
Según este estudio, la mayoría de graduados en criminología se terminan decantado por la docencia. Se convierten en profesores en algunas de las múltiples titulaciones ofertadas. También trabajan en "investigación científica, en asesoría criminológica, en prevención del fraude empresarial, en peritajes, en la seguridad privada, en temas de violencia de género, de prevención de delincuencia en colegios, en centros de menores, en servicios sociales de Ayuntamientos, en cárceles, en prevención de riesgos laborales, etc. Como nuestra formación es multidisciplinar nuestro campo de trabajo es muy amplio", indica el criminólogo.
Una de las salidas más importantes para los estudiantes de criminología en estos momentos es el campo de la ciberseguridad. "Se están modificando los planes de estudios para adaptarlos no solo al ámbito de la ciberseguridad, sino al ámbito de la tecnología con más posibilidades de empleo", asegura González. "Se están incluyendo paulatinamente asignaturas como las de ciberinteligencia, ciberseguridad, cibercriminología, etc. Se aprende a hacer evaluación y gestión del riesgo a través de la inteligencia artificial, se estudia el sistema viogén, la influencia de la tecnología en los distintos ámbitos del delito, la influencia de las redes sociales en los menores, la victimización que pueden sufrir... Es decir que cada vez se van adaptando los planes de estudio a las necesidades del presente y del futuro. También se intentan especializar las distintas titulaciones, ya que hay tantas, que la formación no sea idéntica. Unas permiten la mención en criminología de seguridad de la empresa, otras se centran más en la victimología, otros en las políticas públicas...
"Hay que acabar con el mito de que esta carrera no sirve para nada. Es una titulación atractiva, es una titulación de futuro y es una titulación que se está valorando en muchísimos puestos de trabajo, como hemos demostrado con este estudio", concluye.