¿Hay que estudiar robótica en el colegio? La lengua que crea el futuro y los profesores desconocen
La introducción de la robótica y la programación afecta a 8 de cada 10 profesores en España, que van a recibir una formación específica
Robótica y programación son campos profesionales en expansión, pero además son materias que aportan organización mental de tareas a los niños
Agiliza el mecanismo del pensamiento, enseña a resolver problemas, mejora la capacidad lógica y matemática, explican a NIUS expertos este tipo de formación
“Un nuevo idioma, el idioma del presente y el futuro, que es la programación y la robótica". Así, comparándolo con el cambio que supuso la introducción del inglés hace décadas en los centros educativas, anunciaba Pedro Sánchez en el Debate sobre el estado de la Nación que estas materias pasan a formar parte de lo que van a estudiar los alumnos en España desde los cuatro años.
El programa se llamará ‘Código Escuela 4.0’ y su objetivo será incorporar en Educación Infantil, Primaria y Secundaria la programación y la robótica. El anuncio afecta a los alumnos de la enseñanza pública y concertada. El curso que empieza en septiembre (2022-2023) se aplicará a los 3,9 millones de niños en Infantil y Primaria. Para el curso siguiente (2023-2024) se extenderá también a la ESO. En total, se verán beneficiados 5.879.000 alumnos, casi seis millones.
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La idea es que "puedan desarrollar su competencia digital de manera general, y el pensamiento computacional, la programación y la robótica". ¿De verdad son tan fundamentales estos conocimientos como para entrar de lleno en la escuela? ¿Qué beneficios pedagógicos tienen? ¿Y cómo va a afectar el cambio a los profesores?
No se añadirá una asignatura nueva
Según explican desde el Ministerio de Educación, la robótica estará dentro de la asignatura ‘Conocimiento del Medio’. Es decir, no se trata de añadir una nueva, sino de añadir contenido a esta.
Hasta ahora, esa asignatura englobaba Ciencias Naturales, por un lado, y Sociales, por otro; pero el nuevo currículo ya introducía una tercera pata: Tecnología. Este nuevo programa viene a llenar de contenido ese tercer componente, de manera que durante algo más de una hora a la semana, los alumnos van a centrarse en programación y robótica. Primera cuestión: ¿están preparados los profesores?
Formar a los profesores
Introducir la robótica en los planes de estudio “es importantísimo, porque es una herramienta tremenda para redescubir el mundo y potenciar el interés por aprender”, asegura Miguel Hernández, experto en robótica educativa de Brick Bang, un centro que realiza talleres de este tipo. Pero añade: “Falta formar a los profesores. A mí me ha venido alguno asustado”.
Hernández es profesor de robótica y programación, pero también formador de formadores. Su comentario se refiere a profesores que acudían a su empresa para formarse a marchas forzadas y poder impartir robótica en los institutos, cuando se introdujo como optativa en la ESO.
Educación anuncia ahora un plan que incluso una inversión de 356 millones de euros, destinados en buena medida a dar materiales tecnológicos y didácticos a los profesores y a darles una formación. 500.000 docentes, es decir, el 80% del profesorado comienzan un curso digital en septiembre y hasta que su capacitación se complete contarán en el aula con auxiliares. Estos no serán profesores sino expertos en robótica, que les ayudarán a impartir el contenido. Es algo similar a lo que ya se hace con los auxiliares de conversación en las clases de inglés.
Resolver problemas para entender el mundo
Los profesionales del sector consultados por NIUS consideran que es importante introducir la robótica desde que los niños son muy pequeños, porque “sirve, en su caso, para ayudarles a su organización mental, a saber que las cosas se hacen con un orden”, explica Guillermo Izquierdo, director de la escuela BEBOTBCN, que imparte cursos de robótica y programación a niños desde 4 a 14 años.
Él explica cómo lo hacen en su escuela. “Arrancamos con el juego, con piezas de Lego, y la complejidad de las construcciones va en aumento. A los 7-8 años, los niños empiezan a introducir nociones de programación, y va aumentando su complejidad. Aprenden a través del juego y aplican conocimientos que ya empiezan a entender en la escuela (matemáticas, física...) y que luego que tendrán aplicación en la vida real (por qué el semáforo funciona así, por qué un timbre suena...)”. La idea, ahora, sería poder hacer algo parecido en la escuela pública.
“Si se hace bien, la robótica educativa agiliza el mecanismo del pensamiento. Es enseñarles a resolver problemas para que entiendan el mundo en el que viven”, explica Hernández, que la imparte desde hace años en su centro. “Es explicarles un problema, cualquier dato real, y que ellos, mediante la robótica, vayan integrando esos conocimientos”.
Cuando se trata de los más pequeños, explica, “resolvemos esos problemas jugando, que es lo que se puede hacer a esas edades. Y ellos aprenden a buscar soluciones a los problemas. Cuando el niño está acostumbrado a resolver problemas, a ir probando soluciones para ver cuál funciona, eso lo puede trasladar después a su vida en general”.
Entender la tecnología y democratizarla
De lo que se trata, al final, es de familiarizar a los niños, desde muy pequeños, con la tecnología. “Todos estamos expuestos a la tecnología, pero sólo como usuarios”, añade Gustavo Valera, ingeniero de sistemas y coordinador técnico de proyectos de Ultra Lab. “Es importante entenderla para poder hacer un uso crítico y ser capaz de utilizarla como una herramienta”.
Pero ¿puede haber pensamiento computacional en un niño de 4 años? ¿Puede utilizar la tecnología como herramienta? “Sí, pueden aprender a separar tareas para lograr un objetivo”, asegura Valera. Pero en vez de hacerlo con códigos, los más pequeños “lo hacen con bloques físicos”.
“Pueden aprender a programar utilizando elementos físicos. Cuando los ponen en orden, se genera un código y se descarga a un dispositivo, y van leyendo lo que quieres que haga ese objeto. Lo que están aprendiendo, realmente, es a separar tareas”. Valera explica que “es como enseñar a un niño a jugar al ajedrez. Se trata de entender una serie de pasos”.
Robótica para niños
Jesús Ángel Bravo, director y fundador de Camp Tecnológico, pone un ejemplo de cómo introducir la robótica en niños de 5 años. “Lo llamamos capacidad lógica, que puedan secuenciar. Aprenden a mover del punto A al punto B. No saben leer, pero saben avanzar con flechas, y así consiguen que el robot se mueva de un punto a otro”. Algo tan sencillo como eso, que para ellos es un juego, “les va a permitir mejorar en lógica, en matemáticas y en cualquier contenido”, asegura.
Lo más interesante de la iniciativa del Gobierno, dice Valera, es “la democratización del uso de la tecnología. Que todos tengamos acceso, a través de la escuela pública”. Porque casi todas las escuelas privadas, recuerda, ya tienen programas de tecnología para los más pequeños. Y desde el sector aseguran que “el interés por los campamentos tecnológicos es creciente” entre los padres.
El futuro va a ser digital
En lo que todos coinciden es en que “el futuro de los niños va a ser digital”, porque ya es su presente. “Todo va a estar en manos de las máquinas”, afirma Guillermo Izquierdo. Advierte que “los robots ya ayudan a mejorar nuestra calidad de vida”, y que “todo va a pasar por las máquinas y por la programación, por la robótica. Todo se va a robotizar, y todos los sectores están involucrados”, asegura.
En ello insiste también Jesús Ángel Bravo. “No todos tienen que acabar siendo ingenieros, pero sabiendo cómo funciona, por ejemplo, un móvil, que va más allá de solo hacer llamadas, un publicista o un abogado sabrá cómo mejorar en su trabajo día a día. Todo se va automatizando”.
La sociedad está cambiando “y el Gobierno tiene que preparar a los chavales para ello”, advierte Bravo. Porque, además, recuerda que “España lleva un retraso con respecto a otros países. Hace 40 años la BBC ya impulsó un proyecto que introdujo programación en las escuelas”. España lo hace ahora. Y ello puede dar impulso, también, a las carreras científicas. “Las vocaciones científicas y tecnológicas nacen desde edades muy temprana”, recuerda Bravo.