Las subidas logradas en lo que va de año, que en el caso del S&P 500 alcanza el 0,77% y en el del indicador del Nasdaq del 1,78%, se deben en gran parte a la relativamente buena temporada de resultados correspondiente al cuarto trimestre del año.
De hecho, los resultados difundidos hoy por la petrolera Exxon Mobil fueron los principales responsables de que los inversores afrontaran la jornada con ánimo comprador.
La empresa estadounidense informó hoy de que el año pasado ganó 30.460 millones de dólares, un 58% más que en 2009, gracias al encarecimiento del crudo y a una mejora en sus márgenes en las actividades de refinamiento.
En el cuarto trimestre ganó un 53% más, hasta 9.250 millones de dólares (1,85 dólares por acción), lo que supera con creces las previsiones de los analistas.
Con estas cuentas, se colocó como la segunda de las treinta integrantes del Dow que más subió en este arranque de la semana, con un avance del 2,14%, sólo por detrás del fabricante de aluminio Alcoa, que escaló un 2,73%.
En general, todas las grandes empresas energéticas cotizadas en Nueva York registraron avances, entre ellas Chevron (1,67%), que también forma parte del Dow, BP (2,73%), ConocoPhillips (1,28%), Royal Dutch (1,01%), Repsol YPF (2,03%) y Petrobras (3,73%).
Esto contribuyó a que en esta última sesión de enero, el Dow subiera en conjunto un 0,58% (68,23 puntos) para terminar en 11.891,93; el selectivo S&P 500 avanzara un 0,77% (9,78 puntos) y acabara en 1.286,12; y el índice del Nasdaq ascendieran el 0,49% (13,19 unidades) para colocarse en 2.700,08.
Estos avances no fueron suficiente sin embargo para compensar las pérdidas del viernes, cuando la situación en Egipto hizo que el Dow sufriera el mayor descenso porcentual en más de dos meses, el S&P 500 el más pronunciado desde agosto y el Nasdaq el más fuerte desde hacía casi un año y medio.
Así las cosas, el Dow cierra enero sin haber logrado cerrar por encima de los 12.000 puntos, un cota que no ha logrado conquistar desde que la perdió en 2008, aunque en dos sesiones de la semana pasada logró rebasarla momentáneamente.
Precisamente el encarecimiento del crudo que tanto ha beneficiado al sector energético era hoy una de las mayores preocupaciones de muchos analistas, pendientes de cómo se desarrolla la situación de Egipto, donde su presidente, Hosni Mubarak, tomó hoy juramento a los miembros del nuevo Gobierno, lo que no impidió que miles de egipcios repitieran las protestas que protagonizan desde hace una semana.
Al mismo tiempo, unas dos mil personas se manifestaron frente al edificio de la radiotelevisión egipcia, en el centro de El Cairo, en apoyo del presidente egipcio.
Aunque las manifestaciones fueran pacíficas, Egipto sigue con los bancos cerrados, las oficinas públicas a medio ritmo y con un toque de queda que se extiende por diecisiete horas, lo que ha hecho que los egipcios hayan empezado a aprovisionarse de alimentos.
Los analistas expresan su preocupación por el impacto que esta situación -que sucede a la vivida en Túnez- pueda tener en la estabilidad de la región, una gran productora de crudo, así como en el tráfico del "oro negro" por el canal de Suez, por donde cada día pasan más de un millón de barriles.
Por ello, no es de extrañar que la cotización de los contratos de futuros del crudo de Texas subiera hoy el 3,19% en la Bolsa Mercantil de Nueva York, para cerrar la sesión a 92,19 dólares por barril (159 litros), su precio más alto desde octubre de 2008.
Este avance se suma al registrado el viernes, cuando este tipo de crudo, de referencia en Estados Unidos, registró una subida del 4,32%, la más pronunciada desde septiembre de 2009.
En Londres, esta materia prima incluso superó los cien dólares y el barril de Brent se encareció un 1,6%, para cerrar la última sesión de enero a 101,01 dólares.
El petróleo del mar del Norte no alcanzaba los cien dólares desde octubre de 2008 y no cerraba por encima de esa barrera desde finales de septiembre de ese año, justo antes del estallido de la crisis financiera internacional.