Alquilar un piso en España cuesta de media 13 euros el metro cuadrado, según los últimos datos de Idealista. Su precio se incrementó un 10,2% en septiembre en tasa interanual, pero retrocedió un 2,4% frente al trimestre previo. De acuerdo a esos números, alquilar una casa o piso de 100 metros supondría pagar una media de 1.300 euros al mes, una cantidad demasiado alta como para dejarse llevar por las prisas y no prestar la debida atención a la hora de firmar el contrato.

Cláusulas abusivas y condiciones poco claras pueden dar lugar a malentendidos y situaciones de tensión que pueden amargar la experiencia tanto del inquilino como del propietario. Hay toda una serie de errores a evitar que sentarán una base de acuerdo más sana y duradera entre ambas partes. En es sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado un aviso con los principales fallos que se cometen en la firma de un contrato de arrendamiento.

La OCU recomienda no adelantar nunca el dinero sin ver la vivienda y tomar un mínimo de precauciones. "Que no te metan prisa. Lo primero es conocer la vivienda y comprobar su estado", recomienda la organización. Además, la OCU sugiere que los futuros inquilinos contrasten la existencia de la vivienda a través de la web del Catastro, introduciendo la dirección del inmueble para verificar que todo esté en orden. 

También es importante verificar el tamaño, número de habitaciones, ubicación real, la cercanía de los transportes y, sobre todo, el estado de las ventanas y el tipo de calefacción, especialmente si la zona es fría.

Por muy buena voluntad que pueda haber entre las partes, la OCU insiste que nunca se debe confiar en un acuerdo verbal para un alquiler. Un contrato por escrito no solo protege al inquilino, sino que también deja claras las responsabilidades y derechos de ambas partes. "Es esencial reflejar por escrito lo fundamental en un contrato de alquiler y quedarse con un original, firmado en todas sus páginas. Si es para vivienda, asegúrate de que no te hacen un contrato de once meses", especifica la organización.

Otro error más frecuente de lo deseable es no realizar un inventario detallado de la vivienda y los muebles al inicio del contrato. Es importante elaborarlo. "Y si hay elementos desgastados (suelos, paredes, etc.), deja constancia con fotos", recomienda la OCU. Muchas veces en los contratos se especifica que la vivienda se entrega en perfecto estado pero la realidad es otra. Así que un inventario claro y prolijo de la vivienda y su contenido puede evitar futuras discusiones a la hora de sufrir algún tipo de percance.

Uno de los puntos que pueden ser más conflictivos en un contrato de alquiler es la atribución de gastos que deberían corresponder al dueño. "Es importante revisar que el dueño no te carga en el contrato ni el IBI ni los gastos de comunidad", advierte la OCU. En caso de que sí lo haga, deben cumplirse ciertos requisitos, como indicar expresamente en el contrato dichos cargos, junto con su cuantía en el año de la firma. Otro punto inportante es que desde mayo de 2023 la Ley de Arrendamientos Urbanos prohíbe que se cobren al inquilino los gastos de agencia.

La cantidad que se entrega al dueño como fianza es otro aspecto que puede crear dudas. Según la OCU, no debería superar al equivalente a tres meses de renta, entre la fianza legal de un mes y las garantías adicionales de hasta dos meses de depósito. Pedir una fianza mayor de la permitida es una práctica ilegal, por lo que se recomienda buscar otra vivienda si el casero insiste en ello. La organización también aconseja conservar el recibo de cualquier pago que se realice para tener las pruebas necesarias en caso de conflicto.

Desde 2022 hay un límite extraordinario a las subidas anuales de renta en alquiler de vivienda. "El límite es del 2% en 2023 y del 3% en 2024", aclara la organización". Es cierto que es posible pactar otras subidas si el casero es un pequeño arrendador -aquel con menos de diez inmuebles-, pero la OCU recomienda atenerse al límite legal salvo que se pacte alguna ventaja adicional, como la renovación de muebles o mejoras en la vivienda.