Vecinos del Valle de Lecrín denuncian un proyecto de REE: "Las torres de alta tensión serían nuestra ruina"
Seis de los ocho ayuntamientos que componen la zona han presentado alegaciones en contra del proyecto
Los vecinos han presentado alegaciones en contra asegurando que sería una ruina para la comarca, además del daño medioambiental
La Red Eléctrica de España asegura que el plan original ya se ha modificado atendiendo las alegaciones oportunas
Terminó la etapa de trabajo en Madrid y buscó lo que siempre había querido, un lugar para vivir en la naturaleza. Rose Vargas, llegó hasta el Valle de Lecrín hace 15 años, un pueblo al sur de la provincia de Granada, para pasar el resto de su vida. Abrir las ventanas y sentir la naturaleza, era lo que siempre había soñado. Lo que no imaginaba era que en octubre de 2018 un proyecto de Red Eléctrica de España (REE) haría temblar su tranquilidad, y la de sus vecinos.
“Estoy viviendo una pesadilla, amenazan nuestro oasis”, relata a NIUS. Se refiere al plan que REE planteó, en el que en el origen colocaban numerosas torres de alta tensión que cruzarían el Valle y una subestación. “Destrozarán el paisaje, nuestro principal motor para atraer turistas”, cuenta Vargas. “¿Quién va a querer hacer un picnic debajo de una torre de alta tensión?”.
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El turismo se ha convertido en el principal generador de ingresos en la zona. Economistas de la Universidad de Granada estiman pérdidas de 16 millones de euros al año por esta transformación. Además, el valor de la propiedad inmobiliaria podría caer en más de 392 millones de euros, motivado, entre otros factores, por la “cancerofobia”, los efectos de la radiación electromagnética que provocan en la salud. “Mi casa perdería un valor del 40%, si ahora vale 80.000 euros, imagínese cuánto perdería”, plantea Vargas.
Además de la transformación visual del terreno y el impacto en el turismo, hay más motivos por lo que han presentado numerosas alegaciones en este tiempo. El Valle de Lecrín está nominado a Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO como ejemplo de olivar nazarí. Los terrenos con árboles con más de 300 años serían “arrancados para colocar las torres con más de 80 metros de altura”.
Otro vecino del pueblo tiene terreno de olivares. “Manolo sabe que en el momento que le pongan la torre, le darán 50.000 euros y su patrimonio se acabó”, relata Vargas, quien reconoce que tiene poco recorrido porque si no la venden, terminarían expropiadas “declaradas de utilidad pública”.
Utilizan el nombre de “energías verdes pero el objetivo es un crimen contra los ciudadanos, su salud y el patrimonio natural, medioambiental y económico
En las alegaciones presentadas en contra del proyecto también defienden la fauna, rapaces como el águila perdicera, las aves migratorias en torno a la laguna del Padul, el jabalí, el ibex, y la pervivencia de las formas tradicionales de vida y patrimonio. “Quieren construir algo abrumador, y esto no tiene nada que ver con las necesidades”, asegura la vecina y miembro de la asociación ‘Di No A Las Torres’.
Para garantizar el suministro “no parece tener sentido multiplicar por más de 15 la capacidad actual”.
Actualmente, seis de los ocho ayuntamientos que componen la zona han presentado alegaciones en contra del plan. Además, en mayo de 2019, en una reunión con la Junta de Andalucía les prometieron que las torres no dañarían el valle. Una promesa que los vecinos no se creen por “la falta de claridad con la que están haciendo las gestiones”. Critican que utilizan el nombre de “energías verdes pero el objetivo es un crimen contra los ciudadanos, su salud y el patrimonio natural, medioambiental, económico, y sociocultural de toda nuestra zona”.
La REE asegura que el plan ya se ha modificado
Desde Red Eléctrica España explican a NIUS que el proyecto se hizo hace casi diez años y que, con la crisis, se paró. Hace dos años que se volvió a retomar. Según las fuentes consultadas, las protestas de los vecinos surtieron efecto y se modificó el plan para no colocar las torres de alta tensión por el Valle.
El Gobierno central, en el plan actual, ha vuelto a incluir las obras en la zona pero "no tiene nada que ver con el proyecto original", aseguran desde REE, que han tenido en cuenta las alegaciones de los vecinos.
En los tramos más conflictivos se van a soterrar las líneas, y se han desviado otros tramos para reducir el "impacto visual y económico, entre otros". En cuanto a la subestación, explican que "no dañará el corazón del valle”, que es una instalación de "cables" que no afecta al medioambiente.
Actualmente, el nuevo plan para los próximos años está en tiempo de recibir las nuevas alegaciones, por lo que la planificación final todavía podría ser modificado "atendiendo a las necesidades que piden los vecinos".