Los vecinos de un edificio de Valencia adquirido por un fondo buitre denuncian que les quieren echar
Primero les dieron 10 días para abandonar el edificio situado en el barrio del Carmen, un plazo que se ha prolongado de palabra hasta que finalice el mes de junio
Los inquilinos de los pisos llevan viviendo allí muchos años, algunos incluso toda la vida y no quieren dejar unas viviendas llenas de recuerdos
El lunes se reunirán con la Conselleria de Vivienda que asegura que no había recibido la notificación con el cambio de propietario del inmueble
Los vecinos del número dos de la calle Sogueros en barrio del Carmen de Valencia temen que, si no llega una solución de última hora, tendrán que abandonar sus casas en unas semanas.
El nuevo propietario del inmueble, un fondo buitre, adquirió el edificio el pasado mes de noviembre. El antiguo propietario, les aseguró a los inquilinos que nada iba a cambiar, sin embargo, el pasado 16 de mayo recibieron una carta, entregada en mano por una mediadora del fondo, en la que les comunicaban que tenían que abandonar sus hogares en 10 días. Una fecha límite que ya ha pasado, aunque de manera extraoficial parece que el plazo se va a prolongar durante el mes de junio.
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Si finalmente se tienen que marchar, para la mayoría supondría no solo perder un piso, sino que tener que dejar atrás toda una vida llena de recuerdos.
Es el caso de Carmen, que lleva 62 de los 68 años que tiene, viviendo en el que considera su único hogar. “Estoy jubilada, he pasado aquí toda mi vida y no me quiero marchar”, señala Carmen Solís.
Susa nos atiende en el que ahora es su taller de diseño de moda. Su abuela alquiló el piso hace más de 100 años y allí nacieron su madre y más tarde sus hermanos. “Todo el proceso está siendo muy irregular. No hemos recibido ninguna comunicación oficial, ni un burofax. Todo lo que hemos recibido son unas cartas que podrían ser perfectamente la publicidad de un supermercado”, denuncia Susa Plaza.
Hace 16 años, Salva llegó al edificio, aunque el Carmen es su barrio de toda la vida, donde conoce a todo el mundo y donde quiere seguir viviendo. De hecho, a él le ofrecieron 3.000 euros por abandonar el piso y lo rechazó. “Hace unos días tocaron a mi puerta y me dijeron que venían a hacer fotos, les pedí que se identificasen y lo que me contestaron fue que estuviera tranquilo, que no eran de un fondo buitre”, cuenta Salva Mateu.
La única que sí ha aceptado la compensación que ofrece el nuevo propietario a algunos inquilinos es Amparo. Ella vive en el piso junto a su madre, que nació en él, a la que ahora cuida. Como el resto de vecinos, tampoco quiere marcharse, pero está negociando con el fondo una indemnización para no irse de vacío. “Mi madre es la única que mantiene un alquiler de renta antigua y cuando ella fallezca se extinguirá”, explica.
Los vecinos sospechan que detrás de esta compra está la intención del fondo de convertir sus hogares en pisos turísticos, una práctica que se ha extendido en este barrio situado en pleno centro de Valencia. “Lo único seguro es que estas empresas lo que quieren es especular”, asegura Lluís Mira, portavoz de la asociación Veïnat en Perill d´Extinció (Vecindado en Peligro de Extinción).
Por el momento, la única esperanza a la que se pueden agarrar, es una reunión que van a mantener la próxima semana con responsables de la Conselleria de Vivienda, que asegura que no recibió ninguna notificación de esta operación, y que está recabando toda la información para conocer todos los detalles.