Las tarjetas revolving llevan varios años en el centro del huracán. Este próximo jueves 26 de febrero el Alto Tribunal decidirá si sus intereses son o no considerados usura.
Los tipos de interés elevados en comparación con la media de los créditos al consumo y su sistema de amortización a plazos que ha provocado el sobreendeudamiento de muchos consumidores las has convertido en un producto polémico.
Ahora, el Tribunal Supremo ha puesto fin a la controversia. Esta nueva sentencia creará jurisprudencia y marcará el futuro de las tarjetas revolving. Si sale favorable para el consumidor, podría abrir la puerta a reclamaciones en masa e incluso a cambiar la forma en la que estos productos se conceden, así como sus características. Si no sale favorable para el consumidor, creará desconcierto al no seguir lo que antiguas sentencias han fallado.
En primer lugar, por el tipo de interés que aplican, según los últimos datos relativos al pasado mes de diciembre, el tipo medio que de las tarjetas de crédito eran del 19,67%. Un interés que casi triplica el interés medio de los créditos al consumo (6,66% de acuerdo con el regulador).
Por otro lado, la modalidad de pago ya que nos permiten pagar cuotas muy bajas, alargando casi eternamente el reembolso y consiguiendo así que se generen intereses durante muchos años.
Finalmente, la poca transparencia que existe al contratar estos productos. Los consumidores no siempre saben cómo funcionan las tarjetas revolving, cuánto pagarán en total ni durante cuánto tiempo estarán pagando, lo que complica que tomen una decisión responsable sobre cómo utilizarlas.
El comparador financiero HelpMyCash.com ha creado una calculadora que nos permite conocer la cuota mensual que estamos pagando según la compra que realicemos en cada momento cuánto hemos pagado y cuánto nos queda por pagar, así como el total de los intereses generados.
Lo que nos permitirá saber, por un lado, si deberíamos cambiar la cuota por pagar para acortar el plazo y así pagar menos en intereses y, por otro lado, tener una idea aproximada sobre cuánto podríamos recuperar si la sentencia sale favorable para el consumidor y decidimos reclamar.
En el caso de que salga favorable para el consumidor: si el Tribunal Supremo considera usura los intereses de estos productos, se abrirá la puerta a reclamaciones en masa de afectados por las tarjetas revolving y le costaría millones a la banca. Además, es probable que las nuevas tarjetas cambien las condiciones rebajando los intereses o limitando los plazos de reembolso de estos productos.
Pero por otro lado, si sale favorable para la banca: si declarase que los intereses de estos productos son acordes con sus características, el escenario sería muy diferente y se crearía bastante desconcierto, ya que no sería acorde con sentencias pasadas sobre las tarjetas revolving.
No obstante, podría ser que las entidades “se cubriesen las espaldas” ante reclamaciones futuras haciendo cambios en las características de sus tarjetas, así como en la comunicación en la contratación.