El salario mínimo subirá 15 euros en 2021 desde el 1 de septiembre. Hay acuerdo de Trabajo con los sindicatos pero sin la patronal, según adelanta la cadena Ser. Finalmente el Gobierno, con Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, a la cabeza decide dar este paso sin el acuerdo con la patronal, que ya ha advertido de las consecuencias de esta subida para el empleo. Unas previsiones pesimistas con las que el Gobierno no está de acuerdo. El SMI se situará así en los 965 euros repartidos en 14 pagas.
La revalorización supone un incremento del 1,6%. Un nivel parecido al que registran en la actualidad la media de los convenios colectivos que se están firmando. Afectará a cerca de un millón y medio de trabajadores que, según cifras del Ejecutivo, cobran el salario mínimo. En 2022, está previsto que el SMI llegue a los 1.000 euros y en 2023 sea de 1.060 euros mensuales.
Tras este primer paso, ahora la vista está puesta en 2023. El acuerdo con los sindicatos habla de llegar a los 1.000 euros el 1 de enero de 2022 y a los 1.060 euros el 1 de enero de 2023.
El PSOE siempre ha defendido que el acuerdo en el diálogo social con sindicatos y patronales para subir el salario mínimo es una "prioridad", pero que en todo caso retomar la senda de subida "es imprescindible". "Nuestra voluntad es que se alcance un acuerdo en el diálogo social, pero consideramos que es imprescindible seguir en la línea de incremento del salario mínimo", señalaba Héctor Gómez. Parece que finalmente ante la falta de consenso el Gobierno toma la iniciativa aún a costa del diálogo social.
El Gobierno defiende que la subida del SMI "supone un aspecto fundamental de mejora del mercado laboral" y que este, "en determinados territorios es excesivamente vulnerable", tal y como se ha comprobado durante la pandemia de Covid-19, ha sostenido. "Vamos a actuar con compromiso y responsabilidad, y vamos a ejecutarlo, con prioridad en el marco del diálogo social", ha remachado el nuevo responsable parlamentario del PSOE.
“Nosotros estamos con la gente débil, con la gente del campo, con las muy pequeñas empresas que no están dentro de la negociación colectiva y a las que este cambio realmente les puede hacer mucho daño”, aseguraba el presidente de la CEOE en Intereconomía al respecto de una subida que ya va a ser una realidad.
El máximo representante de la CEOE ha indicado que la subida salarial que se ha pactado en la negociación colectiva es del 1,5%. Eso supone una quinta parte de los convenios que se han firmado, esto es, el 21%. La negociación, ha advertido, se está cerrando con los salarios congelados. Ejemplo de ello es el convenio de la hostelería de Madrid.
Garamendi también se ha centrado en las dificultades y problemas que están padeciendo los empresarios y las pymes. Según el presidente de la CEO, la situación de las empresas adjudicatarias de los contratos públicos es complicada. Ha advertido que las administraciones no revisan las condiciones de estas empresas cuando sube el SMI.
Por otro lado, ha añadido que la patronal no ha pedido que haya una subida del SMI por provincias. En su lugar, llama la atención sobre el hecho de que el salario mínimo ya supone más del 60% del salario medio del país en muchos territorio.
El mismo día que se ha conocido la subida del SMI, los datos del coste laboral medio por trabajador y mes del INE (que incluye las remuneraciones y las cotizaciones sociales) señalan que este se disparó un 13,2% en el segundo trimestre del año en relación al mismo periodo de 2020, hasta situarse en 2.766,39 euros. Estadística recuerda que, a la hora de valorar los datos, debe tenerse en cuenta que la comparación anual se realiza con el segundo trimestre de 2020, periodo en el que los efectos de la crisis sanitaria fueron muy acusados en el ámbito laboral. De hecho, en el segundo trimestre de 2020, afectado por la pandemia y el confinamiento, el coste laboral llegó a caer un 8,3%, su mayor retroceso en 20 años.
Los descensos del coste laboral, que arrancaron precisamente en el segundo trimestre del año pasado y duraron tres trimestres seguidos, coincidieron con la entrada de muchos trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que no son remunerados con salarios, sino con prestaciones abonadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en algunos casos complementadas por las propias empresas. Con el repunte del segundo trimestre, el coste laboral encadena dos trimestres consecutivos de alzas interanuales después de haber subido un 1,4% en el primer trimestre del año.
El coste laboral se compone del coste salarial y de los otros costes. Entre abril y junio, los salarios (que comprende todas las remuneraciones, tanto en metálico como en especie) subieron un 14,4% interanual, su mayor alza de la serie histórica, hasta situarse en 2.064,37 euros por trabajador y mes, cifra que supera el nivel prepandemia (1.992,18 euros en el segundo trimestre de 2019). Los otros costes (costes no salariales) totalizaron en el segundo trimestre del año 702,02 euros, con un repunte interanual del 9,9%.
Durante el segundo trimestre la jornada semanal media pactada, considerando conjuntamente tiempo completo y tiempo parcial, fue de 34,6 horas. De ellas se perdieron 5,4 horas a la semana, de las cuales 1 hora no se trabajó por razones técnicas, económicas, organizativas, de producción y/o fuerza mayor, incluyendo aquí el tiempo no trabajado por los afectados por ERTE, mientras que 2,2 horas no se trabajaron por vacaciones y fiestas; 1,8 horas se deben a bajas por incapacidad temporal y 0,4 horas se deben a otras causas (permisos de maternidad, paternidad, huelgas, etc.).
La hostelería, que en el primer trimestre del año mostró una reducción de sus salarios del 32,4% interanual, logró duplicar en el segundo trimestre su salario medio, aunque sigue siendo la actividad más afectada por la pandemia. En concreto, la ganancia media en la hostelería alcanzó los 886 euros al mes por trabajador en el segundo trimestre, 273 euros menos que en el mismo periodo de 2019 (sin pandemia).
Según el INE, el coste laboral por hora efectiva bajó un 5,2% en tasa anual en el segundo trimestre debido a que el aumento de las horas trabajadas superó el registrado por los costes laborales. En términos intertrimestrales (segundo trimestre sobre primer trimestre) y en valores corregidos de estacionalidad y calendario, el coste laboral por trabajador aumentó un 1,3%, en tanto que el coste por hora efectiva avanzó un 0,5%.